Hace dos años se bajó cansado de pelear desde abajo buscando sponsors para armar un equipo. La bicicleta de ruta quedó a un costado en su taller de calle Urquiza y la de mountain bike ganó sus espacios vacíos. Experimentado ciclista, Darío Ramírez, en el ambiente simplemente “Quincho”, decidió transmitir sus conocimientos a algunos amigos. Lo que empezó como un hobby se transformó en un trabajo próspero, porque ahora comanda un grupo de entrenamiento para biker que alcanza un centenar de alumnos.

“Vengo a darme el gusto de correr. Me falta ritmo, pero me las arregló”, contó antes de largar la última etapa en la que estuvo en el corte de ocho hombres que por un momento puso a Pedro González al frente de la general sobre Nicolás Naranjo.