Intenso. El tráfico en horas pico es un dolor de cabeza. Y una pérdida de tiempo bajo el agobiante calor.

 

Es una bella ciudad. Con más de 3.000.000 de habitantes. Recife, que está en el estado de Pernambuco, es una típica ciudad brasileña. Con un ritmo propio de un lugar que tiene muchos habitantes. Con realidades bien marcadas. A puro modernismo en su capital y con los típicos barrios pobres en sus alrededores. Las favelas, como se las conoce acá.

Recife está bien al norte de Brasil. Por eso es una ciudad caribeña. Con 30 grados de temperatura promedio en el día. Con mañanas casi inaguantables de calor y con noches que no se quedan atrás. Con días a pleno sol y con otros plagados de nubes. Esto por la permanente humedad.

Su característica más rara es la hora en que sale y se pone el sol. Amanece sobre las 4 y media de la mañana. Por eso es común ver cómo la gente empieza a poblar las playas a eso de las 6. Ni hablar de ir pasadas las 10. Es un horno y el sol te mata. Y, por la tarde, pasadas las 17 ya es completamente de noche. Por este motivo es común ver cómo la gente sale a cenar a los restaurantes sobre las 19.

El tráfico en las horas pico (a las 9 y a las 18) es impresionante. Se puede tardar más de una hora para ir de un lugar a otro que queda a menos de un kilómetro.

El lugareño de Recife es una persona amable. Dispuesta a ayudar a quien sea. Y feliz. Porque los rostros llenos de risas acompañan por todos lados.

La avenida principal (la Boa Viagem) que bordea la playa es la más concurrida y un paso casi obligado para trasladarse de una punta a otra en la ciudad.

El Panamericano no cambió en nada la vida de Recife. En realidad parece que pocos acontecimientos podrían hacerlo.