Buenos Aires, 15 de enero.- El Abierto de Australia tuvo un comienzo caliente, con temperaturas que rondan los 40°C (en cancha pueden llegar hasta 50°C) el primer Grand Slam del año tuvo una cantidad de abandonos récord durante los primeros tres días de competencia y los jugadores exigieron medidas a los organizadores para evitar consecuencias graves.

En los cuatro días de competencia que van jugados en Australia diez los jugadores no pudieron terminar sus partidos, la mayoría como consecuencia del calor: Ivan Dodgic, Bernard Tomic, Tommy Haas, Julian Reister, Andrey Golubev, Alex Bogomolov, John Isner, Radek Stepanek, Robin Haase y Polona Hercog.

Uno de los casos más significativos fue el del canadiense Frank Dancevic quien se desmayó durante su partido de primera ronda ante el francés Benoit Paire y aseguró que sufrió alucinaciones por el calor: "Vi a Snoopy. Comencé a alucinar un poco en el primer set. Pensé: ‘Esto es raro’". "No van a para los partidos hasta que alguien muera", dijo el canadiense después del partido.

Las grandes figuras del circuito también se vieron afectadas por las altas temperaturas y se quejaron públicamente con los organizadores. Rafael Nadal aseguró que jugar en esas condiciones "es inhumano". "Debería haber médicos que lo analicen. Jugando partido al mejor de cinco sets me parece un poco excesivo, peligroso para la salud", agregó el español.

Juan Martín del Potro fue otro de los afectados por el calor: "Había que buscar la forma de sobrevivir", comentó el tandilense quien aseguró que las altas temperaturas afectaron su juego durante el partido en el que tuvo que esforzarse para derrotar al estadounidense Rhyne Williams bajo los más de 42°C que hubo durante su partido.

El torneo tiene contemplado aplicar el reglamento de "calor extremo", pero solo podrá aplicarse si el árbitro general del torneo lo considere necesario. Esta reglamentación indica que no se puede comenzar ningún partido en una cancha que no tenga techo corredizo (solo hay en los dos estadios principales). Además los partidos que estén en curso deberán finalizar el set y serán suspendidos, mientras que en los estadios principales se tendrá que terminar el set antes de poder cerrar el techo.

Según los pronósticos meteorológicos la ola de calor que afecta Australia se extenderá hasta el viernes por lo que los jugadores tendrán que seguir haciendo frente a las altas temperaturas y resistir apelando a las compresas de hielo que ya se volvieron casi un elemento vital durante los descansos en los partidos.