Un domingo completito. Un regalo de Pascuas. Para atesorarlo por mucho tiempo en Puyuta porque Sportivo Desamparados volvió a ser el que es. Le costó recuperar la memoria todo un tiempo pero después se despertó y mostrando en la cancha todas las razones que lo hacen protagonista de esta temporada del Argentino A, revirtió una sorpresiva desventaja inicial en San Luis, lo dio vuelta y terminó festejando un 2-1 que, sumado a los resultados del resto de la Zona 3, lo posicionaron más que bien de cara a los 4 partidos que restan.

Las diferencias en la tabla con Juventud Unida eran demasiadas como para que no se notaran en algún momento del partido pero para desazón en Sportivo, el primer golpe duro lo metieron los puntanos que a los 10′ de juego se pusieron en ventaja. Guapeó el pibe Morales en el medio, lo buscó a Fernando Cura y el delantero -con mano incluida- primereó a los centrales de Sportivo para quedar cara a cara con Pelayes y fusilarlo. Primera llegada, un gol. Contundencia total en Juventud que lastimó en la primera que tuvo. ¿Y Sportivo? Más que nada, sorprendido. Se intentó sacudir a partir del manejo de la pelota pero no podía lastimar en el ataque. Juventud se acomodó para la contra y esperó. Claro, que a los 34′ se quedó sin el "Polaco" Dobrik en el medio y perdió mucho. Tanto que en la jugada siguiente, Sportivo llegó al empate. Ganó Omar Díaz por la izquierda, metió el centro pasado, llegó Silvio Molina, la bajó de cabeza y le sirvió el gol a Córdoba que definió abajo, al primer palo de Mullieri. Juventud, con poco, volvió a asustar en el final de la primera parte pero cuando Morales llegó solito para definir, Pelayes le ahogó el grito de gol.

Mucho tiene que haber hablado Magistretti en el entretiempo porque Sportivo volvió a ser el de antes. Se paró 15 metros más adelante en la cancha, presionó más, se adueñó de la pelota y empezó a llegar en serio. Primero la tuvo Silvio Molina y Mullieri le sacó su remate contra un palo, después de tocó a Núñez que le dio cruzado y se le fue apenas desviado. Se abrió el juego y de tanto ir, Sportivo también tuvo sofocones pero otra vez Pelayes fue la solución, tapándole un terrible mano a mano a Cura. Sportivo era más. Quería más y merecía más. Núñez metió un tiro en el palo a los 34′ y ese fue un anticipo de lo que se venía porque a los 36′ cuando Juventud jugaba con 10 por la expulsión de Rosales, Héctor Arrigo armó su gol en plena área puntana, haciendo primero un sombrerito sobre Ordóñez y luego metiendo el zurdazo inatajable. Era premio merecido para un Sportivo que volvió a ser el que siempre fue.