Partidazo. Como tiene que ser una final. Dramático hasta el segundo final. Tensionado siempre. Con adrenalina pura. Y con alrededor de 4.000 almas siguiéndolo con el corazón a mil pulsaciones. Y la gloria para Richet Zapata. El equipo que logró retener la corona que ganó el año pasado. Anoche le ganó 5-4 al empeñoso SEC y cerró otro año como siempre soñó: Festejando. La Liga Nacional de hockey sobre patines, en su edición 2015, ya tiene su dueño. El equipo en el que brilla con luz propia un goleador de raza como Emiliano Romero. El “Pony”, para el ambiente hockista. El jugador capaz de hacer ganar un título con sus goles. Y anoche hizo cinco. Sí, los cinco del Violeta. Para sacarse el sombrero y admirarlo siempre.

El hockey tiene eso. Que cada uno se haya goleado en los partidos anteriores y que anoche saliera un choque cerrado, parejo y a emoción pura. Se sabía que los errores en defensa marcarían el termómetro. Pero también que el que tuviera ese plus extra de poder de gol iba a inclinar la balanza en su favor.

Empezó mejor el SEC. Se puso en ventaja rápido (Ariel Romero, al ángulo) y demostró que estaba más metido que Richet en el partido. El Violeta empató (Emiliano Romero con tiro fuerte) pero la reacción fue fugaz. Porque el Gremial volvió a desnivelar (Babick, tras pared con Gómez) y, en el inicio del complemento, estiró la cuenta a un 3-1 (Bueno, tras avivada del Mono Velázquez) que daba la sensación que marcaría la historia.

Pero claro, faltaba que apareciera en todo su esplendor el goleador Emiliano Romero. Primero se tomó revancha con el arquerito Martín Mallea en un libre (antes le había atajado otro). Ahí nomás sacó un tiro seco que dejó en pardas el partido. Y en los minutos finales, primero sacó provecho de una pelota muerta y la guió con su stick al fondo del arco. Y cerró su serie maravillosa de goles con una exquisitez, dejando dos en el camino y venciendo el arco rival. SEC descontó pero ya no hubo tiempo para más.

Richet se abrazó a la gloria. Con un “Pony” notable, la seguridad de Sánchez en el arco, la sapiencia del “Tatú” Videla y Maxi Oliva y el empeño del Flaco Pandolfini y Marco Orellano. Ese combo le sirvió para retener la corona. ¡Salud campeón!