River consiguió anoche una victoria clave sobre Libertad, en Paraguay, por 3 a 1, en un irregular partido que tuvo dos prolongados cortes de luz durante el segundo tiempo del cotejo correspondiente a la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana. La revancha será el próximo miércoles, en Núñez.
Pese a la alta temperatura (36 grados) imperante a la hora del partido, River no perdió su dinámica habitual durante el primer tiempo, en el que se mostró ligeramente superior a su rival dentro de un desarrollo bastante equilibrado. Inclusive los de Núñez merodearon el arco defendido por Rodrigo Muñóz con mayor asiduidad que Libertad. El final del primer tiempo tuvo un derechazo de 30 metros del volante local, Claudio Vargas, quien hizo estéril la estirada de Marcelo Barovero.
Con la desventaja y el cansancio a cuestas River salió a jugar la segunda parte, pero la fortuna le tenía deparadas varias sorpresas a los paraguayos, y todas ellas desagradables. Un penal cometido por Germán Pezzella fue el comienzo de esos pesares. Es que inmediatamente el partido se interrumpió por 30’ a raíz de una interrupción de energía lumínica, y cuando volvió la luz el penal de Rodrigo López, fue marrado por el delantero. Y apenas cinco minutos más tarde River llegó al empate en una proyección de Ramiro Funes Mori, que llegó a una pelota sobre la línea de fondo y tocó atrás para le entrada libre del uruguayo Carlos Sánchez, quien empató. Acto seguido de esa conquista se volvió a cortar el suministro eléctrico por espacio de 10 minutos. En la reanudación, apareció la claridad de Gallardo para leer el partido y realizar los cambios correctos. En esta oportunidad poniendo a dos ‘rapiditos‘ con aire como Sebastián Driussi y Giovanni Simeone para desnivelar a la pesada defensa paraguaya. Y vaya si acertó el lúcido Gallardo, porque en cinco minutos los dos píbes le ganaron el partido con sendas conquistas registradas con precisión y velocidad.

