Buenos Aires, 9 de agosto.- La noche en el Antonio Vespucio Liberti era ideal para revertir la opaca imagen que había dejado River, en su debut ante Gimnasia. La presencia de Jonathan Fabbro como titular aumentaba las expectativas de los hinchas que se acercaron al Monumental. En tanto, Rosario Central, que había conseguido una gran victoria ante Quilmes, iba por su segunda victoria para alcanzar la cima del Torneo. Además, la disposición del “Chino” Luna en el ataque “canalla” le daba un morbo adicional al espectáculo.
Durante el primer tiempo el duelo fue parejo, aunque el dominio del equipo de Miguel Ángel Russo fue levemente superior. La movilidad de Molina y Lagos preocupaban a la última línea del “Millonario”, que apostaba por la proyección de Vangioni y la velocidad de Lanzini y Simeone.
En el complemento no se modificó la esencia del juego. A los siete, el conjunto rosarino generó a situación más clara del partido. Tras una gran asistencia de Luna, Hernán Encina ingresó por el sector derecho de la defensa e intentó romper el marcador con un remate cruzado. La correcta respuesta de Marcelo Barovero fue fundamental para mantener el invicto. Con un movimiento muy poco ortodoxo, pero sumamente eficaz, el arquero desactivó el peligro que traía el disparo del volante.
Los minutos transcurrían y el choque se encontraba cada vez más cerrado, pero gracias a una jugada desprolija, Federico Andrada se encontró con el 1 a 0 de forma sorpresiva. El juvenil hacía delirar al “Millonario”, que comenzó a silenciar gracias a la violenta patada que Jonathan Fabbro le impactó Pol Fernández. La preocupación de los “Borrachos del Tablón” se produjo porque Silvio Turcco no dudó en expulsar a la flamante incorporación.

La desesperación de Miguel Ángel Russo hizo que el técnico se juegue toda “la carne al asador” y envíe a la cancha a Sebastián Abreu para intentar dañar con el juego aéreo. Así, River tuvo la posibilidad de aumentar la diferencia por medio del contragolpe. De este modo, sólo por las buenas intervenciones de Mauricio Caranta, la “Academia” seguía con vida en Núñez.
Recién con el pitazo final, Ramón Ángel Díaz festejó la victoria. Con un grito de desahogo, los del “Pelado” lograron sus primeros tres puntos, aunque quedó en el debe la creación de juego ofensivo. La falta de forma de Jonathan Fabbro y la incertidumbre sobre el posible regreso de Teófilo Gutiérrez a México serán motivos suficientes para que el riojano siga con la mentalidad puesta en mejorar a un equipo que todavía no convence.