River consiguió anoche un sufrido triunfo por 1-0 sobre All Boys en el Monumental que le sirvió para descomprimir su presente tras el traspié ante Liga de Loja por la Copa Sudamericana y quedar a seis puntos de la cima del Torneo Inicial. El Millonario evidenció nuevamente sus problemas a la hora de generar juego y se encontró con un equipo de Julio Falcioni, que tal cual es su estilo, esperó replegado en su campo de juego y buscó aprovechar algún error rival.

El primer tiempo fue entretenido y ambos equipos gozaron de chances de abrir el marcador, aunque fallaron en la puntada final. En el inicio, Federico Andrada y Javier Cámpora desperdiciaron jugadas muy claras. Más tarde el local se topó con Nicolás Cambiasso, primero con un remate de Teófilo Gutiérrez y luego de un mano a mano de Andrada. Mientras que en una contra Nicolás Colazo falló un remate cerca de Macelo Barovero.

En el complemento se notó en demasía el bajón de la calidad del pleito, sobre todo en el nivel de un Millonario obligado por historia y localía. La falta de juego hizo que la tensión y el nerviosismo de los hinchas de River aumentara en el Monumental.

De hecho, ya no generaba ninguna chance neta el local. Pero Carlos Carbonero a los 35 y tras un córner desde la izquierda, apareció el mismo colombiano para toparse con Nicolás Cambiasso primero y vencerlo después con un tiro por sobre su cuerpo, más de carambola que por mérito propio.

De esta manera, y sin sobrarle absolutamente nada, el equipo de Ramón Díaz supo aguantar lo que restaba para atesorar tres puntos que calman las aguas en el aspecto resultadista pero no cumplen con las mínimas expectativas futbolísticas. Pero, como lo demostró la euforia final de su gente, está claro qué es lo que importa. Más aún sabiendo que en dos semanas se viene, también en Núñez, el superclásico ante Boca. Anoche, al menos, sumó de a tres y continúa expectante en el torneo.