Si el 2011 fue doloroso y cruel para los hinchas de River Plate, este 2012 puede que sea el antídoto para tanta frustración. Y es que en el primer semestre de este año que hoy termina, el equipo millonario terminó con la condena de haber jugado en la Primera B Nacional. Volvió de la mano de un hijo de la casa como Matías Almeyda, después de ganar -como se esperaba- el torneo del ascenso argentino. Pero sufrió algunos golpes como los de Boca Unidos de Corrientes y Atlanta. Ese River, con el Chori Domínguez y Fernando Cavenaghi pasó por San Juan para golear a un Desamparados que jugó una temporada histórica de la B Nacional. Para River Plate fue volver a vivir tras el golpe del 26 de junio de 2011 cuando Belgrano de Córdoba lo mandó a la B, y justamente el Pirata cordobés fue su primer rival en el regreso a Primera, en un debut amargo y con derrota. En este segundo semestre, Almeyda, ya sin Cavenaghi y sin Domínguez, no pudo encontrarle la vuelta al equipo que fue demasiado irregular y tal vez le terminó dando el golpe de efecto en el superclásico contra Boca, que ganaba 2-0 y terminó empatando 2-2 en el Monumental. Almeyda ya no tenía crédito y Daniel Passarella decidió cortar su ciclo. En la historia quedará escrito que Almeyda fue el que devolvió a River a Primera División, nada más ni nada menos.
