River, con un gol convertido por el delantero David Trezeguet a los 31 del primer tiempo, venció ayer a Estudiantes de La Plata 1-0, de local, y comparte con Lanús la punta del torneo Final. El encuentro correspondió a la segunda fecha, fue arbitrado por Diego Abal y marcó la vuelta de Ramón Díaz al Monumental como DT de River después de diez años.

River consolidó un triunfo justo y legítimo en el primer tiempo, cuando fue netamente superior a Estudiantes, merced a un trabajo inteligente desde su línea de fondo, pasando por el medio juego con buena creación y marca.

Mientras que sus delanteros fueron eficaces y pudieron haber extendido el marcador, tras anotar un golazo Trezeguet, mientras que enfrente, tuvieron un rival impotente y sin ideas que las sacó barata en la etapa inicial.

En tanto, Ariel Rojas reemplazó a la perfección a Leonardo Ponzio, que fue sancionado con una fecha de suspensión por haber sido expulsado el domingo pasado ante Belgrano de Córdoba.
Y además participó en la jugada del gol al asistir a Lanzini que a su vez le cedió el balón a Trezeguet cuando el delantero franco-argentino, definió en buena forma con una bolea de su ‘marca registrada‘.

River siempre trató de jugar por abajo. Sus futbolistas hicieron rodar la pelota en buena forma: desde el fondo, pasando por la línea media y sus definidores, que oportunidades no le faltaron pero no estuvieron finos para ampliar el marcador y ganar el partido con comodidad.

En el segundo tiempo River no tuvo la solidez y continuidad que mostró en los primeros 45 y no fue el protagonista a pesar que Estudiantes no lo llegó a inquietar demasiado.

El debut del juvenil delantero del seleccionado sub 20, Juan Manuel Iturbe -reemplazó a Lanzini faltando 15 para finalizar-, solo aportó una buena acción. Tuvo una oportunidad al rematar de izquierda entrando al área chica y el arquero Agustín Silva le desvió la pelota.

El ingreso de Diego Carrillo en Estudiantes le dio más peso a la delantera y a pesar que no tuvo cantidad de situaciones, inquietó a River -aunque en forma tibia-, sobre el final del partido.