La ansiedad había encontrado terreno fértil en un Desamparados que no perdía pero que tampoco ganaba. Un equipo que mostraba orden pero al que le faltaba pimienta para hacerse sentir en un Argentino A que no le quedaba grande para nada. Por eso ganar y, fundamentalmente, reencontrar cosas que parecían perdidas, eran fundamentales para que Desamparados volviera a ser el que todos quieren. Y una noche se le dio. Jugando el mejor partido de toda la temporada, con precisión, velocidad, actitud y voracidad, se despachó con un 3-1 que quedó corto sobre Estudiantes de Río Cuarto que nunca pudo encontrar la fórmula para contener el aluvión futbolístico que ahora sí mostró el equipo de Tempesta. Sportivo lo ganó de punta a punta. De principio a fin, con un primer tiempo enorme en el que debió haber hecho su ventaja pero en el que también adoleció de la frialdad necesaria como para definir todo lo que creo.
Con Hernán Lamberti como eje de todos los movimientos desde el centro del campo, más las proyecciones de Garrido y de Alvarez por los costados, Desamparados empezó a complicarle las cosas a los cordobeses desde el comienzo. Y así, todo fue sanjuanino. La movilidad de Pérez y Reinoso y el convencimiento colectivo del resto, puso a Estudiantes contra las cuerdas. Primero Pérez, luego Reinoso, más tarde Alvarez dilapidaron chances de gol clarísimas en esos primeros 45 minutos en los que Sportivo hizo todo, menos los goles.
En el complemento, la actitud y el rendimiento del conjunto Puyutano no varió. Más presión, más opciones, pero sin gol. La tuvo Pérez y no entró. Pero a los 13′ la armaron desde la derecha, amagaron, le quedó servida a Reinoso y el mendocino no perdonó. Adentro. Por fin. Después de 335 minutos, Desamparados volvía al gol y se lo merecía. Era el final de una mufa para sus delanteros y el comienzo de una festejada victoria que se consolidaría luego con el penal que le hicieron a Santiago Ceballos y que Reinoso cambió por su segundo gol. Descoronaría a Estudiantes pero ya era anecdótico. Para colmo, como frutilla del postre de una noche que todos ansiaban vivir, Santi Ceballos decoró la historia poniendo en 3-1 final.
Sportivo volvió a ganar después de tres fechas. Por primera vez, convirtió más de dos goles y ahora, se acomodó en la tabla metiéndose en puestos de clasificación. Todo, en una noche en la que se reencontró con su estilo, con su mística y también con su gente. Demasiado como para que sea sólo un partido más.
