En el ambiente futbolero se dice que un jugador está en el freezer cuando deja de jugar mucho tiempo y no existe una explicación concreta de su ausencia. Eso le ocurrió al juvenil de San Martín, Lucas Salas, quien tras su debut ante Colón en Primera en el torneo Inicial solo disputó otro encuentro (el siguiente) ante Newell’s y luego desapareció del mapa de Primera. Gabriel Perrone no lo tuvo en cuenta nunca y recién ahora, Rubén Forestello decidió llevarlo al banco ayer ante Lanús ante la falta de variantes en su posición. Se trató de un nuevo acierto del entrenador verdinegro respecto de los pibes de la cantera del club, luego que hace dos fechas le dio cabida al también volante, Nicolás Pelaitay.
Salas, de 18 años, mostró ayer todo su atrevimiento para encarar y jugársela en el momento más complicado del encuentro. Armó el tercer gol sanjuanino con una excelente diagonal que supo definir Claudio Riaño. Luquitas fue convocado el año pasado a la selección Argentina Sub-20 para disputar un torneo, donde resultó vital para la coronación de los dirigidos por Marcelo Trobbiani. Con ese buen rendimiento crecían sus chances de participar en el Sudamericano a principio de este año en Mendoza. Pero en San Martín algo cambió y Salas pasó de ser una buena alternativa a no estar nunca más ni en el banco de Primera. Con la salida de Sava perdió espacio a más no poder y con la llegada de Perrone fue prácticamente ‘borrado’. Nadie entendió bien qué ocurrió o si era solo el pensamiento de Perrone para semejante desaparición del pibe. Salas tampoco lo llegó a comprender nunca y más aún cuando vio que sus chances de ir al Sudamericano se esfumaron, al mismo tiempo de su objetivo de tener continuidad con el plantel profesional. Siguió integrando la Reserva de Marcelo Vivas, casi siempre sin tener en espacio en ninguno de los dos equipos principales de San Martín cuando había práctica de fútbol semanal. Un auténtico desperdicio e incoherencia porque Salas es, sin dudas, una de las mayores promesas que tiene el fútbol juvenil verdinegro. Ayer Forestello decidió cambiar esa historia y Luquitas le respondió.