Como era de suponerse, la tercera edición de la Vuelta a Valle Fértil tuvo a un dueño conocido, que el año pasado estuvo a un paso de conseguirla pero debió ocupar el segundo peldaño del podio. El Chino Emanuel Saldaño se impuso en la prueba del departamento de los dinosaurios con un trabajo sencillo en la jornada de ayer, ya que la diferencia la había sacado el sábado ganando las dos pruebas de ese día y todo lo que se puso en su camino. La última etapa se la adjudicó Héctor el “Willy” Lucero con un tiempo de 2h28m28s en un trayecto que debió cubrir de 112 kilómetros y 300 metros, segundo terminó Cristian Clavero y tercero Emiliano Fernández.

No era tan complicada la ecuación, la carrera casi la tenía ganada Saldaño, sólo debía salir a controlar fugas y para eso tenía a su equipo -Palmar del Lago- que lo iba a respaldar en cualquiera que fuese la situación. La clave era que él viajara en el pelotón y que el grupo mayoritario no le perdiera pisada a cualquiera que intentase fugarse. Y en caso que alguno se adelantara, la diferencia no debía ser superior a los tres minutos, salvo que sea uno de los diez que estaban entre el minuto y que podía complicar la coronación del Chino.

Ninguno de los perseguidores en la general salió a querer despegarse del pelotón, sólo Roberto Richezze que se quedó con una de las metas volantes y pudo apenas descontarle a Saldaño, pero esa pequeña fuga no prosperó ya que el pelotón viajaba a gran velocidad.

La Agrupación Virgen de Fátima también hacía su trabajo tratando de que su corredor, Emiliano Ibarra, el más cercano a Saldaño en la general, intentase algún tipo de escapada, pero en un momento éste perdió rueda por una pinchadura y Fernando Escuela le dio su bicicleta para que llegara de vuelta al pelotón.

Los pedalistas de Mardán fueron protagonistas, porque el riojano Elio Olivera, Alejandro Quilci y Juan Capdevila fueron los que hicieron el último intento de desorden pero en los dos giros finales, de los cuatro que hubo en San Agustín para completar el recorrido, fueron neutralizados y en un embalaje masivo el Willy mostró su potencial, ganó y al igual que Saldaño, que siempre estuvo atento, festejó.