En cualquier torneo, el debut marca un antes y un después. Porque juega en contra la ansiedad, porque pesa la adaptación y porque hay tanto esfuerzo atrás que dar ese paso en falso puede costar demasiado. San Juan se jugaba mucho más que los tres primeros puntos frente a Unión de Santa Fe, en el debut de la Copa Argentina de futsal que se disputa en Mar del Plata, y eso lo sabía bien. Era presentar en sociedad sus intenciones de codearse con lo mejor del país y esa presentación de credenciales terminó en una merecida y contundente victoria por 7 a 3, que lo puso de cara a la chance de ser finalista, siempre y cuando se de el gusto de bajarle el copete a Villa La Ñata, el gran favorito de todos, en parte, por contar con el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli.

San Juan había visto como Scioli y sus muchachos le habían pintado la cara a Unión en el estreno. Fueron 14 los goles de La Ñata y eso no era un detalle menor. Además, el equipo de Andrés González había trabajado tanto para este debut que arrancar derecho era presión. Pero al equipo le sobro actitud y contundencia. Al minuto ya ganaba con una aparición de Wilson Ruarte para abrir la cuenta y soltar los nervios. El quinteto inicial sanjuanino se puso arriba rápidamente 3-0 con otro gol de Ruarte y la aparición del talentoso ’Chicho’ Ramírez. Ahí vino la rotación y Unión alcanzó a descontar con Chamorro, pero San Juan metió todo otra vez y sentenció el primer tiempo con otro gol de Ramírez.

En el complemento, la primera duda fue de San Juan y costó el descuento del lungo Villalba. Con dos goles aun de ventaja, San Juan apostó a la contra y lo empezó a sentenciar con otro tanto de Ruarte-. Era cómodo el trámite y San Juan se dio el lujo de rotar dándoles cancha a los relevos. El Pulguita Ramos puso el sexto, pero Unión descontó con López buscando un milagro que nunca llegaría porque Jorge Chica fue el encargado de ponerle el moño final a un debut contundente, serio, firme.

San Juan ya dio el primer paso. Ahora va por el más grande. Irá contra Villa La Ñata sabiendo que no es favorito, que es punto pero que puede ser banca. Le sobra con todos sus apellidos, con su entrega y con esa convicción de que estar entre los grandes no le queda grande.