Con una actuación sólida en todas sus líneas San Lorenzo de Almagro ganó la Supercopa Argentina, luego de golear a un desteñido Boca Juniors por 4 a 0 en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba. Belluschi, a los 44 minutos del primer tiempo; Barrientos, a los 28 y 38 y Blandi a los 43, del segundo tiempo marcaron los goles del equipo campeón que obtuvo, con esta victoria, la clasificación directa a la Copa Sudamericana 2016.
Antes de empezar el partido era poco entendible el dibujo táctico elegido por Rodolfo Arruabarrena. El técnico de Boca puso cinco defensores, para controlar la buena salida por las bandas que tiene San Lorenzo. Asumió la final con excesivos recaudos. Pensando más como el técnico de Tigre, donde dirigió anteriormente, que en el entrenador de uno de los equipos más grandes de la Argentina.
La timorata actitud de Boca le permitió a San Lorenzo controlar las acciones desde el panorama de Ortigoza, quien encontró en la dinámica de Belluschi a un socio ideal para abrir brechas en la defensa rival. El flamante refuerzo “santo” intentó con un par de tiros de media distancia y algunos otros intentos que, con esfuerzo, desairaba la defensa xeneize. Tomados los volantes, lo más productivo de Boca eran los largos pelotazos desde el fondo del “Cata” Díaz para “Carlitos” Tevez, quien a los 35 minutos desperdició una chance muy clara. El centrodelantero quiso asegurarla y desvió el remate.
Sobre la agonía del primer periodo San Lorenzo logró concretar en la red su supremacía futbolística. A los 44, Ortigoza abrió una pelota para Buffarini, quien desbordó y envió un centro que Belluschi, parado de espalda al arco en la puerta del área, bajó con la pierna derecha y, girando, la coloco con la izquierda al ángulo derecho del arco de Orión.
En la segunda mitad, Arruabarrena intentó dar un golpe de timón con dos cambios desde el inicio. Mandó a la cancha a Osvaldo y Gago por Perruzi y Pérez, intentando equilibrar el control de la pelota. Tévez se retrasó como media punta y junto a Gago trataron de habilitar a la dupla ofensiva compuesta por Chávez y Osvaldo. Tuvo algo más de presencia en el área rival. Insinuó pero no golpeó, y San Lorenzo, que se había retrasado unos metros encontró en el banco la fórmula letal.
A los 22 minutos, el técnico Pablo Guede mandó a la cancha a Pablo Barrientos por Blanco. Y el volante de reconocidas cualidades técnicas, pero dudosa fortaleza anímica, fue decisivo. A los 28 minutos marcó el 2-0, luego de recibir una asistencia de Belluschi y engañar a Orión con un centro que no hizo, poniendo la pelota sobre su humanidad.
Boca acusó el golpe y avanzó enceguecido, dejando claros que los “santos” explotaron. Sobre 38 minutos, Barrientos metió el tercero con un tiro libre magnífico y seis minutos más tarde, el mismo “Pitu” habilitó a Blandi que sometió a Orión con un remate cruzado.
San Lorenzo le infligió a Boca una derrota lacerante de esas que pueden traer cola. Aparte, su DT hizo todo para que el fantasma del “Mellizo” tome cuerpo.