
Dos caras, un punto. Dos caras y un resultado que terminó siendo positivo para San Martín que sufrió el primer tiempo y jugó el segundo. Con eso le alcanzó para igualar con Independiente de Avellaneda 1-1. Un punto que le sobra para seguir afuera de la zona temida de los descensos y que lo fortalece más desde lo anímico que desde lo futbolístico para encarar los seis partidos que restan para el cierre de la temporada.
Cecilio Domínguez abrió la cuenta en el descuento de la primera parte mientras que Humberto Osorio igualó para San Martín a los 36" del complemento.

Le costó demasiado el primer tiempo a San Martín. Independiente le quitó la pelota, lo incomodó en todos los sectores del campo de juego y lo llevó a la intrascendencia. Le costó más de 15 minutos reacomodarse a San Martín pero pese a no tener la pelota, logró ser más profundo. Osorio Botello tuvo la más clara en un tiro libre de Bogado pero no acertó en la definición. Se hizo todo parejo y aburrido pero San Martín volvería a tener una chance con un remate de Bogado que no pudo retener Campaña. Parecía empate cerrado pero llegó el foul de Mattia a Bustos en la puerta del área y el paraguayo Domínguez eligió sutileza para la complicidad con Ardente, poniendo el 1-0 que golpeó feo, cuando parecía que la ventaja de tener uno más por la expulsión de Pablo Pérez podía servir. Con uno más, en el complemento San Martín fue decididamente otro. Más atrevido, más decidido. Aun con sus limitaciones, fue a buscar su destino. Empezó a llegar, empezó a obligar a Campaña. Dos veces, el colombiano Osorio no pudo contra el arquero del Rojo. Y cuando parecía que Independiente se terminaba de acomodar, llegó ese esperado grito en Concepción cuando a los 36" después de una sensacional tapada de Campaña, llegó el córner desde la izquierda y Osorio atropellando puso el 1-1. Era justicia. Era premio para la reacción de un San Martín que había regalado el primer tiempo. No tuvo tiempo para más. Bogado exigió en la última pero no fue suficiente. Alcanzó para empatar y seguir siendo dueño de su destino.

