Paradójicamente, San Martín cerró con un gran partido un 2018 para el olvido. Sí, parece increíble pero es real. Goleó por 4-1 a Chacarita como visitante mostrando una buena performance y pudo despedir la temporada con una sonrisa.

Claudio Spinelli se aprovechó de las falencias defensivas y a los 6 minutos abrió el marcador a favor del equipo que dirige Walter Gastón Coyette. Las ironías del fútbol volvieron a superar las ficciones que se le podría ocurrir a Fontanarrosa o Sacheri: el técnico que le dio el ascenso al Funebrero ahora estaba en la vereda opuesta observando el ocaso de sus ex jugadores.

La reacción del combinado liderado por Tomatito Pena llegó a través de la sociedad conformada por Alderete y Módula. El volante con pasado en Deportivo Español abasteció al joven de San Miguel y la escasa reacción de Ardente colaboró con la conquista del Tricolor. Con la igualdad, Chacarita tenía una despedida más digna de la Superliga.

Sin embargo, antes de llegar al descanso el circuito ofensivo cuyano volvió a poner a San Martín en ventaja. La vulnerable defensa local no pudo detener a la potencia de Barcelo y el uruguayo celebró el 2 a 1 con un golazo. La noche estaba muy oscura para el Funebrero.

En el complemento otra triangulación perfecta liquidó el pleito. El potente disparo de Claudio Mosca expuso las limitaciones de Álvarez, dado que la conquista se produjo por el primer palo.

Si algo le faltaba a la agonía era retirarse de la máxima categoría con una goleada adversa. El penal convertido por Ardente selló el humillante 4 a 1 para que Chacarita vuelva a la segunda categoría.