Amargura. Pablo Palacios Alvarenga no puede creer. En San Juan, San Martín sigue sin poder festejar y Temperley le dio otro golpe a esa necesidad. En un partido irregular del Verdinegro, la derrota fue demasiado castigo.

Era el momento. Parecía que era la hora de cantar victoria en San Martín jugando en San Juan pero todo quedó en la nada. La semana parecía indicar un domingo feliz en Concepción pero la contundencia de Temperley terminó amargando al Pueblo Viejo, asestándole un golpe feo e inesperado a este San Martín, derrotándolo por 2-1 y marcando que festejar como local es misión imposible. Fueron espasmos de bueno juego en San Martín, ratitos de juego asociado, de profundidad mezclados con esa inexpresividad que lo hace vulnerable. Esa irregularidad, fue su condena. Es que el Gasolero, con orden nada más, le terminó quitando todo. Fue bueno, prometedor el comienzo de San Martín porque Pajoy por la izquierda y Ramirez por la derecha abrían el juego, mostraban el camino y arriba, no hubo la contundencia indispensable para que ese gasto sea ganancia. Temperley se acomodó a esa impotencia en San Martín y fue emparejando todo. Perdió profundidad el equipo sanjuanino y eso lo pagaría con el primer gol visitante porque a los 38" luego de un córner mal defendido y un rebote casi fortuito, Alarcón se encontró la pelota en el área y venció a Ardente para poner el 1-0 que sorprendía.

En el complemento, San Martín volvió a repetir el traje del arranque del partido. Fue presión, intensidad y buen juego. Creció así pero así también se fue desinflando. Grelak empezó a meter mano desde el banco. Adentro Gimenez, adentro Bravo. Todo ofensivo pero sin muchos argumentos futbolísticos como para ser dueño del partido. Pero fue San Martín y a los 17" Osorio Botello aprovechó el rebote de Castro y puso el 1-1 que invitaba a soñar en Concepción. Era el momento. Todo lo indicaba pero San Martín se fue convirtiendo en presa de sus propias limitaciones. No hubo claridad, no hubo juego asociado. Fue ir al frente sin demasiadas ideas y Temperley le sacó la ficha. Se acomodó, le quitó la pelota y en un ataque aislado, Prieto se encontró con un golazo terrible de 30 metros que venció a un sorprendido Ardente. Quedaban 10 minutos para ir a buscar el empate. San Martín aceptó el desafío desde lo anímico pero sin ese resto futbolístico que sustentara sus ambiciones. Fue y chocó, fue y buscó desde la impotencia de un equipo que quiere y no puede. Era el momento para San Martín y se le escapó de las manos. Ganar en San Juan, por ahora es misión imposible para un equipo que lamentablemente quiere pero no puede. Y eso, se paga caro.

El próximo partido de San Martín será el sábado ante Platense de visitante y televisado.


Para hoy
 

Estudiantes de Buenos Aires, el líder invicto y con puntaje perfecto de la zona A, recibirá hoy a Platense, en el partido destacado de la fecha. También jugarán por la zona B, Brown de Adrogué-Almagro, Tigre-San Martín de Tucumán y Gimnasia y Esgrima de Mendoza-All Boys.