Los clásicos se ganan, es una ley primaria. Y para ello es determinante cómo cada equipo llega a disputarlo porque eso es un termómetro que puede marcar la cancha e inclinarla. Y en esa necesidad de seguir construyendo su juego y ratificarlo con éxitos, San Martín visitará a Godoy Cruz (a las 16 en el estadio Malvinas Argentinas), con la intención de ganar el derbi cuyano para confirmar su despegue luego de haber triunfado la fecha pasada por primera vez en el año.

Hoy, en la continuidad de la 22da fecha del Torneo de Primera División, el primer chico para el clásico Godoy Cruz-San Martín tendrá acción en suelo tombino, sabiendo que dentro de dos semanas se volverán a enfrentar, pero ya en el Hilario Sánchez de Concepción.

No se puede pensar en revancha sin jugar el clásico y por ello la propuesta e intención de esta tarde, con el presente, la obligación y fundamentos de cada estilo de juego, serán factores determinantes.

Porque San Martín viene de ganar su primer partido en el campeonato, que llegó frente a Belgrano (2-1) y recién en el séptimo juego con Pipo Gorosito al frente. Mientras que Godoy Cruz está en la doble competencia dado que el jueves jugó en Bolivia por la Copa Libertadores y superó 3-1 a Sport Boys, aunque sin sacarse de la cabeza el clásico cuyano que tendrá su edición 42 y el noveno partido en Primera División.

En el Verdinegro no hay misterios y los retoques que debió realizar Pipo fueron obligados. Afuera el arquero Luis Ardente y el volante Maxi Lugo, por lesión y expulsión respectivamente. Adentro Leonardo Corti y Nicolás Pelaitay. Pérdidas de peso tendrá el equipo porque no tendrá a su capitán y símbolo en el arco, mientras que en el mediocampo la creación y el preciso remate de media distancia no estarán.

Con la apuesta por Pelaitay, que será el único sanjuanino en el equipo, la propuesta de juego pierde peso ofensivo pero crece en cuanto a marca, entrega y presencia en la zona de volantes que es donde se puede marcar la diferencia para manejar el clásico.
Por el lado de Godoy Cruz, que no descuida nada y apuesta por el torneo local y la Copa, apenas entrenó ayer luego del regreso de Bolivia y entre lesiones, sanciones y falta de recuperación, no podrá contar entre otros con Serrano, Giménez y Henríquez, pero que probablemente tenga el regreso de Pol Fernández, operado hace poco más de un mes del menisco externo de la rodilla derecha.

El clásico cuyano tendrá otro nuevo capítulo, con presentes y necesidades diferentes, que pueden incidir en el resultado final más allá que este tipo de partidos genera un plus más de entrega y la ambición de ganarlo como sea. Por ello San Martín saldrá a jugarlo para confirmar su despegue definitivo y saldar una deuda de 12 años sin ganarle en Mendoza. 

Enviado Especial a Mendoza Diario de Cuyo