River continúa complicado con el promedio del descenso, luego de empatar 1-1 con Estudiantes de La Plata, en cancha de Quilmes, en la penúltima fecha del Clausura. Con este resultado, el conjunto de Juan José López, que suma seis encuentros sin ganar, reúne un promedio de 1,247, coeficiente que todavía lo pone por encima de Olimpo de Bahía Blanca (1,216), situado en zona de Promoción y que en la última fecha jugará todas sus cartas en el duelo contra Quilmes, hoy ubicado en descenso directo.

Lo cierto es que la multitud que acompañó al equipo de Núñez al estadio Centenario se retiró, una vez más, con un franco estado de decepción, mezclado con angustia, ante la inminencia de un destino que parece irremediable. Porque más allá de que River logre o no eludir la Promoción que deberá protagonizar con un equipo de la B Nacional, desde la cancha, el equipo trasmite una sensación de resignación. Como sabedor de que no podrá torcer su suerte. La cautela expuesta por "Jota Jota" se traslada al funcionamiento colectivo de un equipo que hace rato ha dejado de serlo. Durante los primeros 20 minutos de juego, ahí sí, la ilusión óptica engañó y hubo una presunción de que River apretaría arriba a un Estudiantes que, sin presiones y con algunos juveniles, ya no tiene el poderío de antes. Pero enseguida volvió la trama a su cauce original y previsible. River no se desordenaba, presionaba en la mitad de la cancha y dependía de los encuentros (escasos) de la dupla conductiva Lamela-Lanzini.

En la segunda parte, el prematuro gol de Ferrari (remate desde fuera del área, tras capturar un rebote, que se le metió abajo a Agustín Orión) hizo imaginar otro partido. Pero River no pudo sostener por mucho tiempo la diferencia y cinco minutos más tarde, en un tiro libre desde el costado derecho de la cancha, Leandro Benítez le puso la "bola" en la cabeza a Sarulyte y, de vuelta, tablas. Lo que sí es cierto que el empate rápido de Estudiantes neutralizó completamente a River que, desde esa instancia, agudizó su complejo de equipo temeroso y falto de audacia. "Jota Jota" López no pudo cambiar el rumbo ni siquiera con los ingresos de Rogelio Funes Mori o Mariano Pavone (insistentemente pedido por la gente visitante), aunque el ex Betis de España apenas estuvo seis minutos en cancha. En suma, el empate resultó lógico a partir de lo mostrado por uno y otro. Pero River ya está con el agua al cuello y deberá jugarse la grandeza condensada en 110 años de títulos y gloria en el partido de la semana próxima con Lanús.