Con el corazón en la mano, con pocos argumentos futbolísticos pero con sobrada actitud, Sportivo logró hacer lo que hace mucho tiempo no podía lograr: volver a ganar en Puyuta. Lo hizo ni más ni menos que ante Brown de Puerto Madryn, el rival con el que ahora deberá pelear mano a mano en las dos fechas restantes para salvarse del descenso directo al Argentino B. Desamparados venció 1- 0 a los sureños y ahora sueña con salvarse. Aunque es cierto que si no llegaba el gol de Ceballos en el minuto 38 del complemento, la historia hubiese sido otra. Es que el Víbora hubiese quedado complicado por el triunfo que antes había conseguido Cipolletti, aunque ahora la lucha será mano a mano con su rival de anoche. Pero la ventaja de seguir dependiendo de sí mismo es un incentivo más para este Desamparados.

Sportivo dominó en la primera parte, mantuvo el orden en sus líneas durante los primeros 20’, pero con los minutos se desdibujó y volvió a cometer los mismos errores que lo ubican en la posición difícil donde está. A los 3’, Jofré habilitó bien a Zalazar, pero el delantero le dio mordido y Sebastián Pereyra, el arquero sureño, salvó con los puños. Desamparados era más, aunque le faltaba el último toque, el mal de todo el campeonato. A los 24’ un cabezazo de Borches en el área tras un tiro libre de Jofré fue una buena chance para abrir el marcador. Al minuto, otra vez Borches la peinó tras un córner pero esta vez el robusto Pereyra volvió a vestirse de salvador para Brown. En el mejor momento de Sportivo, Jofré tuvo que salir por lesión y Sportivo lo sintió. Desde ahí nunca más llegó claro al área visitante.

En el complemento, Brown salió a mostrar otro libreto, ahora ofensivo. A los 7’, Gimenez tras la habilitación de Tévez, definió mal ante la salida de Mancinelli. Fue un llamado de atención que no escuchó el local porque siguió perdiendo la pelota y casi lo padeció a los 11’ cuando Salinas perdió la pelota y le dejó un mano a mano que Gimenez no pudo aprovechar ante el arco de Mancinelli. Desamparados no lograba generar juego y la desesperación comenzaba a ganar en Puyuta. Hasta que a los 30, Recúpero mandó a la cancha al ‘Santi’ Ceballos que ocho minutos después no defraudó.

El delantero se vistió de héroe cuando tras un centro enviado por Benitez, marcó el tanto que desató el festejo en Puyuta. El milagro estaba hecho y solo quedaba aguantar. Por eso el pitazo final del tucumano Montero le dio la tranquilidad que tanto necesitaba el Víbora para seguir luchando por la permanencia.