Julio Velasco le bajó el telón a su carrera como entrenador. Así lo confirmó en un comunicado oficial Catia Pedrini, presidente del club italiano Modena, que el argentino dirigía desde la temporada pasada y al que había llevado a la gloria en la década del '80.

Nacido en La Plata hace 67 años, Velasco tuvo una extensa y prestigiosa trayectoria en el vóleibol mundial, con pasos por las selecciones masculinas de Italia, República Checa, España, Irán y Argentina, con la que ganó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.

"Velasco fue, es y siempre será un símbolo de nuestra sociedad y de nuestra ciudad. En nombre de todos en Modena Volley, tenemos la intención de agradecerle por lo que hizo como hombre y como entrenador cada vez que fue llamado para representarnos", escribió Pedrini en el texto subido a la página web del club italiano.   

Y agregó: "A mediados de los años ochenta, Julio tomó un equipo y lo convirtió en una leyenda imborrable en la historia del deporte. Y durante la última temporada, demostró que no sólo es un ganador, sino un hombre con una capacidad sin igual para enseñar, conducir y motivar. Simplemente gracias".

Como entrenador de Modena, Velasco ganó diez títulos, entre ellos cuatro Ligas de Italia, tres Copa Italia y una Champions League. Aunque el gran reconocimiento internacional le llegó al frente del seleccionado masculino de ese país, que dirigió entre 1989 y 1996 y con el que gritó campeón en los Mundiales de Brasil 1990 y Grecia 1994.

Sumó además títulos en el Campeonato Europeo, la Liga Mundial y una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. 

Su trabajo con el seleccionado de Irán, al que dirigió entre 2011 y 2014, lo consolidó como uno de los mejores entrenadores del mundo. Es que el argentino transformó a un equipo con poquísimo peso en el ámbito mundial, en una potencia asiática.

Después de su paso por el vóleibol iraní, volvió a Argentina -había arrancado su carrera como técnico en Ferro Carril Oeste- y asumió al frente de la selección masculina en 2014.

Un año después, se consagró campeón en los Panamericanos de Toronto y sumó el segundo oro en la historia de los varones del vóleibol nacional en esa competencia, después del que se había conseguido en Mar del Plata 1995.

En mayo del año pasado, mientras se preparaba con el equipo para el Mundial que se disputaría en septiembre en Italia y Bulgaria -y en el que Argentina terminó 15°, la segunda peor ubicación de su historia-, anunció que dejaría su cargo tras ese torneo, aunque su contrato vencía recién tras los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Su objetivo era volver a dirigir a Italia para estar más cerca de su familia, radicada en ese país.

En una extensa carta que publicó en la página web de la Federación Argentina de Vóleibol, explicó: "Los motivos son exclusivamente personales y familiares. Modena significa, para mí, poder seguir entrenando a primer nivel estando cerca de mi familia que es lo que ella y yo necesitamos. Dejar de nuevo mi país me duele mucho pero lo hago también con la tranquilidad de haberle dado al volley argentino todo lo que yo he aprendido en mis 34 años en el exterior".