El tiempo reglamentario y el alargue tuvieron emoción a pesar que el gol estuvo ausente (0-0). Por eso toda la emoción llegó en los penales. En esa dramática definición que le dio toda la gloria a Paraguay. Los guaraníes tuvieron más puntería y saltaron de felicidad. Ahora Paraguay jugará la final el próximo domingo (en cancha de River) frente a Uruguay. Una final para muchos impensada.

Lo cierto es que anoche lo mejor estuvo en los 30′ del alargue. En ese lapso se vio lo mejor futbolísticamente y, de paso, las grandes emociones. En especial favorables a los venezolanos, que se llevaron por delante a los paraguayos.

El primer tiempo pasó rápido. Casi como que se fue en amagues, aunque en esa paridad sin profundidad, los venezolanos tuvieron una chance más que los guaraníes. Al menos de esas que son de punto límite. Es que Paraguay llegó a fondo recién sobre la media hora de juego, cuando un cabezazo de Verón fue contenido muy bien por el arquero Vega.

Y Venezuela contestó en lo que quedó de esa primera fracción con dos llegadas claras. A los 35′, le anularon un gol a Cichero, que metió un fuerte cabezazo pero un compañero suyo tapó la visual del arquero en posición ilícita. El árbitro cobró como debía. Y la segunda se dio a los 42′, tras un centro del "Maestrico’ González, un fuerte cabezazo de Moreno reventó el travesaño. El rebote le cayó a Rondón pero su disparo fue bien controlado por el rendidor de Villar (flamante arquero de Estudiantes de La Plata).

Por todo eso es que Venezuela dejó una mejor imagen. Pese a que Paraguay tuvo más la pelota, el equipo de César Farías estuvo en definitiva cerca del gol. Y eso no es poco.

En el complemento no varió la tónica en las acciones. Inclusive el juego se hizo más cerrado y amarrete, porque en ambos empezó a preocupar más lo que hacía el rival que la producción propia. Y de nuevo la Vinotinto estuvo cerca, sobre los 15′, pero otra vez Villar se ocupó de tapar con el pecho un remate peligroso de Rondón.

Recién sobre los 30′ el desarrollo del choque adquirió mayor intensidad, aunque siempre con un bajo nivel técnico. Coincidió con las variantes que ambos equipos metieron. Pero no hubo caso. El tiempo reglamentario se terminó sin pena ni gloria.

Y ahí llegó el alargue. A los 3′ Venezuela casi convierte, pero el tiro de Maldonado que dio en Fedor terminó pegando en uno de los palos del arco de Villar. Y 2′ después, Arango volvió a pegar un tiro libre en el mismo palo. Increíble pero cierto. La Vinotinto estaba ahí. Pero la gloria se la llevó Paraguay, como siempre teniendo como héroe a su arquero Villar, que atajó un penal.