Se notó que fue un partido amistoso el choque futbolero entre las selecciones de Costa Rica y de la Argentina. Demasiado. Tanto que la tibieza de cada movimiento acompañó casi siempre las acciones. Inclusive hasta terminó 0-0. Y eso, agregado a que el final llegó a una hora después de la medianoche nuestra, cuando el sueño es moneda corriente, decididamente salió para dormirse.
El partido tuvo un inicio lógico. Argentina como dueña de la pelota y el local agrupado atrás esperando algún error para contraatacar. Como ninguno fue incisivo, las acciones no salieron vistosas. Inclusive hasta se dieron demasiadas imprecisiones.
Antes de los 10′, la Albiceleste tuvo una situación clarísima. La tocaron por la derecha y la jugada terminó con un pase de Banega al corazón del área, que el defensor de Estudiantes, Marcos Rojo, que se había proyectado, no pudo concretar porque tenía muy encima al arquero local, que despejó. Después, a los 19, el que tuvo la oportunidad fue el equipo local. Ruiz desbordó por izquierda a Angeleri y tiró cruzado, pasando cerca.
El público se volvió a encender cuando, a los 24, tras una cesión de Sosa, el Flaco Pastore tuvo el gol luego de una contra, pero su débil remate fue capitalizado por un defensor rival. El partido empezó a ganar en emociones pero nunca alcanzó un nivel superlativo. El simple hecho que la Argentina buscaba asegurar la pelota tocando para atrás en cada jugada así lo marcaba. Como que también Costa Rica nunca se animó a salir al frente.
A los 33 el dueño de casa tuvo otra. Un pelotazo frontal dejó a Saborío solo ante Andújar, pero Garay, con buen sentido de tiempo y distancia, se la robó cuando el delantero se preparaba para rematar. Antes y después de eso, Biglia y Banega, respectivamente, probaron desde lejos y en ambos casos los remates salieron apenas desviados. El primer tiempo se fue así. Con un juego mediocre. La Argentina tuvo más la pelota pero nunca mostró profundidad. A Costa Rica le faltó perderle el respeto a la visita. Así, las intensiones le ganaron a las realidades.
El complemento largó con más de lo mismo. Inclusive con tres cambios en la Argentina: Se fueron Milito, Banega y Mascherano. Entraron Otamendi, Belluschi y Bolatti. Las variantes mucho no aportaron. Porque la intrascendencia siguió dominando las acciones. Recién a los 10′ el panorama salió de la parsimonia, cuando Belluschi sacó un zurdazo que sacó con lo justo el arquero local. Y después a los 20′, cuando Angeleri estuvo cerca con otro tiro fuerte pero volvió a parecer el arquero Navas, la figura del partido.
En lo que quedó no hubo para más. Flojo. Todo flojo. Se notó demasiado que fue un partido amistoso.