Uno aún vive en un nube, pero lamenta la falta de experiencia que padecieron en los últimos partidos. Para el otro, la alegría de estar entre los mejores no termina de disipar la bronca de haber perdido, porque "perder es perder". En tiempos en los que en el fútbol se habla de soldados, podría decirse que en el vóleibol ellos son algunos de los de Weber. Rodrigo Quiroga y Federico Pereyra son los dos sanjuaninos que forman parte del histórico momento que atraviesa el seleccionado argentino de vóleibol, tras el cuarto puesto conseguido en la World League en Polonia.
Quiroga, desde Italia, y Pereyra, desde Buenos Aires, analizaron la situación y contaron sus sentimientos de lo vivido.
"Todavía no volví a Argentina, como que estoy en una nube aún. Por lo que escucho, ha sido un campeonato muy bueno el que hicimos. Se jugó bien y se ganaron muchos partidos", explicó Quiroga a DIARIO DE CUYO.
Pero para el opuesto de la selección, Pereyra, fue una "sensación muy buena y linda haber salido cuarto en una World League es muy importante. Este equipo al ser tan joven tiene muchas cosas para dar. Tenemos algo muy bueno, que no se hace ni se forma con el tiempo, tenemos química, nacimos con química. Es un equipo que sabe a qué juega.
cada uno sabe para qué está en el equipo, son pocos los que lo tienen".
Quiroga, que también es el capitán del combinado nacional, entendió que podría haber sido mejor, pero hubo una cosa que les jugó en contra. "Es una lástima que se nos complicara en los últimos partidos. Nos faltó un poco más de experiencia para ganar lo últimos partidos. La experiencia que nos falta es de jugar los partidos importantes de ese nivel. Más allá que contra Brasil se hizo un gran partido, ellos demostraron saber definir esos partidos, que fue justamente lo que nos faltó. Lo perdimos nosotros, no jugamos como lo veníamos haciendo, nos ganaron los nervios".
Mientras que para Pereyra, la falta de experiencia también fue un motivo, pero "la vamos a ir consiguiendo con el tiempo, no sé que hubiera pasado ante Brasil si ganábamos el segundo set. Perder es perder, y eso no dejó nada lindo. Me vine muy caliente por no haber conseguido una medalla, ya nos había pasado en el mundial de clubes (jugado con el club Bolívar) que después perdimos el tercer y cuarto puestos", dijo el opuesto que continuará su carrera deportiva en el exterior.
Integraron el seleccionado que consiguió la mejor actuación histórica de Argentina en una Liga mundial de vóleibol. Pero lejos de quedarse con la alegría, demostraron que quieren más. El hambre de gloria sigue intacta.