Esta vez Garnero decidió el 4-1-4-1 como su sistema de movida. Esta vez el DT de San Martín prefirió un mediocampo con juego para abastecer a Graf, pero no hubo caso. La sequía en casa continúa respecto de los goles y ya suma 277’ en total. El último grito en Concepción fue el día del estreno ante Tigre y lo hizo un central como Lucas Landa para aquel 2-0 parcial sobre Tigre. Desde entonces nada ante Lanús, Argentinos y anoche contra Belgrano.
San Martín ayer tuvo algunas chances para marcar, pero a veces por falta de puntería y en otras por sendas intervenciones de Juan Carlos Olave la historia quedó en la nada. Justamente en la más clara, el uno cordobés le tapó primero un derechazo a Marcos Aguirre desde fuera del área y en el rebote, volvió a lucirse frente a un fierrazo de Graf. Antes, el arquero también le ahogó el grito al delantero, en este caso luego de un tiro libre.
Un dato que marca este presente de sequía tiene que ver con que hasta el momento ninguno de los centrodelanteros con que probó Garnero marcó un gol. Arrancó el Apertura Néstor Ayala, lo siguió Sebastián Penco y ahora Graf. Es cierto, que los ‘nueve’ mencionados no resultaron abastecidos como se pretende, pero en una categoría como Primera, y tal cual mencionó anoche Garnero, abrir el marcador resulta clave. En la única victoria en casa, en el estreno ante Tigre, lo consiguió y luego mantuvo la ventaja.
“Somos un equipo que no vamos a tener diez chances por encuentro. Es clave para marcar primero porque eso resuelve mucho el trámite del encuentro”, destacó Garnero post caída, la tercera consecutiva, algo inédito desde que el coach tomó el mando de San Martín.

