Bajo el sol, como mejor le cabe a un acontecimiento de esta naturaleza, y de no mediar equívoco en las previsiones del Servicio Meteorológico, Boca Juniors y River Plate jugarán hoy, desde las 15.45, en La Bombonera, los 81 minutos que restan del clásico que naufragó en la tormenta del pasado domingo.
Serán un primer tiempo de 41 minutos y un segundo de 40, de modo que tanto uno como otro deberán apurarse para que el tiempo no se les consuma, como ya se les consumió, con pena y sin gloria, la posibilidad de subirse a la cima de este torneo Clausura, antes de que transcurriera su primera mitad aunque, claro está, pese a las vacas flacas, pese a todo, siguen siendo Boca y River. Asimismo, la prórroga de cuatro días pareció adormecer ese clima de urgencias que gobernaba en la previa para ambos equipos. Esa sensación parece notarse más en River, que trabajó más tranquilo confirmando el técnico Leonardo Astrada al mismo equipo que salió al anegado campo xeneize. En cambio a Boca se le mancó Hugo Ibarra en el primer entrenamiento posterior al minipartido provocando modificaciones impensadas en la defensa.
Boca cambiará el fondo con el ingreso del colombiano Breyner Bonilla, circunstancia que dio pie para que el director técnico Abel Alves insistiera en su frenética vocación de mover muñecos, por lo que el longilíneo Ezequiel Muñoz será improvisado e inesperado lateral y el brasileño Luiz Alberto volverá a la función de primer central.
De los diez partidos que hubo programados por la décima fecha en la primera división del fútbol argentino el único que no pudo terminar fue el superclásico entre Boca y River, por la lluvia pero sobre todo por un campo de juego que está lejos de ser el ideal. Los técnicos pueden cambiar a los once jugadores de sus equipos y modificar los bancos de suplentes. Como no hubo amonestados en los 9 minutos que se disputaron todos arrancan de cero con las tarjetas amarillas.
La suspensión del partido, teniendo en cuenta lo que pasó en los días posteriores, terminó perjudicando claramente a Boca, porque en el camino del domingo al jueves perdió un jugador: Hugo Ibarra, desgarrado.
Para Palermo puede llegar a ser el partido que lo marque como el goleador histórico de Boca si es que se anota nuevamente en la red.
En el caso de que Boca pierda el superclásico la continuidad de Alves y de varios jugadores tendrá una definición inmediata, aunque habrá que esperar a lo que suceda este jueves en La Bombonera.
Por el lado de River se llega a este superclásico mucho más tranquilo, no sólo porque en la última fecha venció a Huracán, sino debido a que la suspensión le fue favorable.
La sensación es que hoy se verá un partido apretado, con los dos tratando de hacerse dueño de la pelota y con ambos con mucho miedo a perder.
Fuentes: DYN/TELAM