Increíble, histórico, de no creer, una noticia mundial. Quién iba a pensar que el último campeón, Italia, iba hacer las valijas tan pronto y ante un rival, Eslovaquia, que en los papeles era completamente accesible. Aunque en esta Copa ya nada sorprende, el equipo menos pensado te pinta la cara. La "azzurra" perdió 3-2 ante los eslovacos en el mejor partido del mundial y quedó afuera.
El equipo de Lippi jugó mal y reaccionó tarde. Estuvo a un gol de hacer valer su potencia, de mostrar por qué ganó el Mundial de Alemania 2006. Sobre la hora, en la última jugada, Pepe Simone, solo, escapó el gol de su vida, un gol que le daba la clasificación a Italia. Un gol que evitaba el papelón…
El llanto, los rostros en silencio de los jugadores italianos sin entender lo que pasaba. El capitán Fabio Canavaro tratando de consolar a sus compañeros. Lippi sin palabras mirando la tristeza de sus dirigidos y el festejo de Eslovaquia, que ya hizo historia en su primer mundial. Vaya si fue así, ganó, clasificó y dejó afuera al último campeón. Para ellos fue como levantar la Copa.
El primer tiempo fue todo de Eslovaquia, porque Italia mostró desde el arranque las mismas limitaciones de siempre para acercarse al arco de enfrente y porque, con Pirlo afuera, careció de un conductor que organizara el juego.
La inclusión del experimentado Gattuso dejó en evidencia que la igualdad le quedaba bien al conjunto italiano, pero todos sus planes se vieron trastocados cuando a los 25 minutos de esa primera parte el volante Robert Vittek remató con potencia desde afuera del área y clavó la pelota contra un poste del arco defendido por Marchetti.
La apertura del marcador no cambió demasiado las cosas, porque si bien Italia se adelantó un poco en el campo, fue recién en la segunda etapa cuando las cosas dieron un vuelco con los ingresos de Maggio, Pirlo y, sobre todo, de Quagilarella, delantero napolitano, autor de uno de los goles, que fue el motor del equipo itálico.
Sin embargo, la jugada más clara para Italia fue a los 66 minutos, cuando un remate con destino de gol de Quagliarella fue tapado en la misma línea (algunos reclamaron que la pelota había ingresado en su totalidad) por el defensor Skretel.
Pocos minutos después, a los 73, Vittek convirtió el segundo tanto cuando, luego de un tiro de esquina, el centro desde la derecha al cabo de un despeje fue anticipado por el volante para poner la pelota contra un palo e Italia contra la pared.
El 2 a 0 pareció sentenciar las acciones, pero Italia se jugó el todo por el todo y consiguió el descuento por intermedio de Di Natale a los 81′. Con Italia decididamente volcado al ataque, Eslovaquia volvió a golpear a los 89 minutos y a la salida de un saque de costado el ingresado Kopunek aprovechó una distracción, ganó la posición ante un discreto Cannavaro y definió de punta a la salida del arquero para poner el 3-1 que ahí sí pareció sentenciar la historia.
Pero no fue así, porque Italia volvió a descontar cuando se jugaban dos minutos de más con una formidable vaselina de Quagliarella y poco faltó para que consiguiera la milagrosa igualdad en el último suspiro, pero Pepe le erró a la pelota cuando ingresaba en inmejorable posición por el segundo palo.

