Todo se dio. Era el momento justo. La cancha ideal. El rival más duro. Y fue el instante preciso. Desamparados perdía 2-1 ante Talleres el domingo en Córdoba. El árbitro Trucco adicionó 5 minutos y en el último de ellos, apareció la derecha mágica de Matías Garrido para ubicarla al ángulo, darle el empate final y enmudecer el Chateau Carreras para que sólo se sintiera el grito de los jugadores del equipo sanjuanino ante tamaña obra maestra del volante sanjuanino.
"Me tenía una fe bárbara y la quise poner donde entró, gracias a Dios fue en el lugar justo. Encima cuando salimos todos a festejarlo y nos abrazamos sólo se sentía el grito nuestro de gol porque todo el estadio, donde había mucha gente, se quedó en silencio", relató Garrido ayer, en una jornada donde recibió todo tipo de saludos por lo logrado en la Docta ante el puntero y candidato al ascenso.
La jugada que terminó en el empate puyutano fue toda de Matías. Nació en él, maduró con su gambeta para la posterior infracción recibida en el borde del área (de frente al arco) y la cerró con su derecha "mágica" para convertir su primer tanto de tiro libre en Desamparados.
"La falta existió (los jugadores de Talleres declararon que no fue) porque el defensor me cruza, yo intento seguir pero me caigo", empezó contando como fue su gol. "Después estábamos con Hernán (por Lamberti) y le dije que me lo dejara a mí porque me tenía fe", continuó su relato. "Estaba complicado porque la barrera era alta, pero cuando le pegué y la pasó, vi cómo se metió arriba, en el lugar que había escogido, justo, porque si iba más abajo el defensor que estaba en el palo la iba a sacar. Después salimos todos a festejarlo", finalizó el ex Peñarol, quien definió eso momento como "inolvidable".
Por ello es que el gol del domingo, para sumar su quinto en Sportivo, es para Garrido especial por todo lo que significó y en el marco que se dio. Pero recién ayer empezó a comprender lo que había hecho en aquel minuto 50 en el Chateau y ante Talleres. "Ayer (por el domingo) fue la alegría de empatar y traernos un punto, pero hoy (por ayer) y después de la repercusión que tuvo, empiezo a caer de lo que logré con ese tiro libre", comentó mientras se reía al mismo tiempo, en señal del asombro que todavía repercute en su cuerpo, pero que tiene sus cimientos en que lo que logró lo buscó porque "en las prácticas cuando hacemos pelota parada siempre practico", aseveró.
El "Gambetita", que recibió felicitaciones de sus compañeros, familiares, amigos y muchos hinchas (estos por medio de la red social Facebook), señaló que el "empate sirve en lo anímico, porque había que sumar y se hizo", donde él fue pieza clave, para reventar los corazones puyutanos y silenciar a un gigante como lo es el Chateau Carreras.

