San Martín se sobrepuso a los problemas que traía y a los que se le sumaron en la previa al partido del sábado en Florencio Varela, y se trajo un empate sin goles ante Defensa y Justicia, para ponerle fin a una racha de tres derrotas consecutivas y volver a sumar un punto en las posiciones de la zona 2.
Sin hacer un partido atractivo, pero dándole batalla al rival en el mediocampo y buscando su oportunidad, San Martín se le plantó bien al local con un sistema que buscó generar juego y a la vez cortar el circuito de Defensa. Le costó llegar al arco, pero tuvo en Maximiliano Lugo su mejor arma en base a los remates de media y larga distancia del volante. Y tuvo en Luis Ardente su principal sostén en el arco, para darle la tranquilidad y el aire que el equipo encontró en el segundo tiempo para equipar el juego y tener opciones de gol.
Aunque el partido en sí comenzó mucho antes del pitazo inicial del árbitro Darío Herrera, ya que el equipo llegó a la cancha 15 minutos antes del arranque del partido producto que el colectivo que los iba a trasladar se rompió y los jugadores debieron movilizarse en 6 taxis.
Esa demora, que para Lavallén fue determinante en el resultado y rendimiento del equipo (ver aparte) provocó que los titulares tuvieran apenas 6 minutos para entrar en calor y rápidamente tuvieran que comenzar a jugar. Esa situación les pasó factura, porque llevó a que a los 15’ del primer parcial el central Franco Lazzaroni saliera por un desgarro. Y en el complemento fue Lugo quien sintió todo lo que vivieron en la previa, terminó acalambrado y debieron sustituirlo.

