Y la racha se cortó. Quizá en el partido menos esperado por tratarse del clásico cuyano, pero San Martín no tuvo la fortaleza futbolística para sacar un partido adelante que empezó siendo muy positivo y lo cerró con un rendimiento tan pobre y con falencias que lo llevaron a perder 2-1 ante Godoy Cruz en el Hilario Sánchez. La seguidilla de 22 partidos sin perder de local se cortó porque el Tomba mendocino reaccionó en el segundo tiempo y el Verdinegro se quedó sin ideas. Se durmió, y en 6 minutos lo perdió.
Tuvo todo para en un acertado y prolijo primer tiempo irse al descanso con mucho más que el 1-0 parcial. Dominó y marcó su terreno e intenciones con sustento. Fue el único en la cancha con una propuesta concreta. Pero erró mucho. Le perdonó la vida a Godoy Cruz y fue un enorme pecado. Porque cuando dejó levantarse al rival, éste le quitó la pelota, lo sorprendió con cambios tácticos como la rotación de los delanteros por afuera: Leandro Fernández y Fabrizio Angileri desde el arranque del complemento y se fue cayendo en un pozo al que ni las variantes lo lograron sacar.
A San Martín le quitaron la pelota y sin ella se perdió en tibios intentos, ante un rival que sacó provecho del juego, con velocidad, explotando las bandas y no dejando espacios para la reacción sanjuanina.
Fue un tiempo para cada uno. El primero para San Martín que cuando pasaron los primeros 20’ se acomodó, presionó en el mediocampo, manejó todo y tuvo creatividad en su traslado de pelota. Navarro, Gómez, y la dupla de ataque Figueroa-Toledo marcaron el andar. Mientras el Tomba sólo respondió con centros y pelotazos cruzados sin peligro.
Y por eso todo lo que se generó fue del Verdinegro. A los 4’, Toledo habilitó a Figueroa, pero éste la tiro afuera. Sobre los 18’, el tiro libre esquinado de Martínez fue sacado por Rey. Y a los 25’, el arquero se quedó con el derechazo de Figueroa.
La supremacía futbolística, de posesión y en ataque era notoria, y lo plasmó a los 23’, con el centro de Figueroa para el primer gol de Javier Toledo con la camiseta verdinegra. Y pudo ampliarlo con el cabezazo de Franco, o el zapatazo de Navarro, siendo la más clara la última cuando Ceballos sacó sobre la línea en tiro de Figueroa.
Con el 1-0 mentiroso, San Martín salió a jugar el complemento, pero fue Godoy Cruz quien tomó la iniciativa y con un par de movimientos tácticos para herir por afuera, empezó a cambiar el clásico. Porque salió a presionar más arriba, se adueñó de lo pelota y el Verdinegro, sorprendido, se metió en su arco. Así le simplificó la tarea al rival. Leandro Fernández y Angileri fueron el motor para un partido que cambió de dueño en la cancha y luego en el marcador.
Porque en 6 minutos (del 24’ al 30’) pasó a ganarlo con los tantos de Leandro Fernández. El primero tras capitalizar un rebote en el palo, y el segundo, de penal, tras la mano de Ledesma. El 2-1 en contra fue imposible de levantar. Porque cuando lo tuvo que liquidar erró y cuando quiso reaccionar no tuvo con qué.

