Así es el Dakar. Como mínimo la calificación que podría caber ante la frase que enuncia es la de ridícula. Pero dentro del mundo de la carrera más peligrosa y famosa del planeta, resulta algo más bien común. ¿Qué es? Que alguien como Lino Sisterna tenga una amplia sonrisa en su cara, no sólo por haber corrido el Dakar en su San Juan natal y así haber cumplido el gran objetivo; tampoco por ser los terceros argentinos ubicados entre los autos y actualmente ubicarse 41ro. en la general, en lo que es la mejor colocación hasta el momento; no porque la Montero 420 esté en condiciones "decentes" para encarar las últimas tres etapas. En la previa de largar la segunda etapa que pasó por nuestra provincia estaba feliz porque… "darme una ducha en mi baño no tiene precio".
Así es el Dakar. Después de 17 días, incluidos los de preparación en Buenos Aires y de andar por el barro de Córdoba, la arena de Fiambalá y Atacama, los Sisterna llegaron a su provincia natal el miércoles. Recién entonces pudieron cenar en familia y estar en el, más que nunca, denominado por "Los pericos" hogar, dulce hogar. "Comimos todos juntos a la noche. Estaba feliz porque darme una ducha en mi baño no tiene precio. ¿Sabés cuánto necesitaba eso? Acostarme en mí cama, con mí almohada. Impresionante. Jamás pensé que iba a extrañar tanto ésas cosas", tiró sonriente Lino, minutos antes de partir en Ullum para un nuevo tramo. Fue en ese lugar donde los sanjuaninos tuvieron su primer gran momento con la gente. "Ahí vienen, son ellos", se multiplicó por decenas de bocas cuando a las 10.18 recorrieron ésos primeros kilómetros sobre el viejo camino a Mogna. "Descansamos bien, en casa. Después del vuelco que tuvimos en la etapa de Santiago (Chile) un poco que nos caímos en lo anímico, pero como justo llegamos a San Juan, lo pudimos remontar. El cariño de la familia y lo de la gente, que fue impresionante, nos hizo dar más fuerzas que nunca", remarcó Juan Pablo, navegante de su papá en la Mitsubishi.
Así es el Dakar. Para ambos es la primera experiencia en una carrera de este tipo y por eso la pregunta madura por sí sola: "¿Qué me sorprendió del Dakar? Todo. Esto es una aventura todos los días. Sabés las veces que dije en medio del desierto o con la camioneta enterrada en el barro, ¿qué hago acá?, ¿por qué no estoy de vacaciones con mi familia, tranquilo, tirado en una playa? Pero bueno, esto es lo que a uno le gusta de toda la vida. El Dakar es así: primero viene el dulce y después te lo compensa con lo amargo", afirmó Lino, todo un filósofo al momento de las metáforas.
La etapa de ayer fue más que productiva para ellos. El puesto 47mo. en el parcial, con el cual quedaron a 3h.10m. de Carlos Sainz, los llevó hasta la ubicación 41ra. en la general. Más allá de la motivación de correr ante "su gente", los Sisterna contaron con la experiencia sobre éstos trazados utilizados por el Dakar como gran ayuda. "Ahí hicimos muchas veces carreras de rally. Anduvimos realmente fuerte en Angaco. Sentimos que fue la etapa más productiva para nosotros", sentenció Juan Pablo, metros antes de terminar la parte de neutralización que los depositó en suelo mendocino, donde completaron la mejor actuación hasta el momento.
El paso de papá e hijo Sisterna fue el éxtasis popular. Esta vez, Marcos Patronelli, cedió su primer lugar en el podio imaginario de los más ovacionados y no hubo dudas que los dueños de casa ganaron. Los "Dale, Lino", "aguanten chicos" o los más viscerales "vamos San Juan, carajo", fueron los hits de acompañamiento en el paseo por los departamentos locales. "Acá nadie es un ídolo. Ni yo, ni Juan Pablo. Somos dos personas comunes como cualquier otra que tiene la chance de contar con una gran repercusión por correr un Dakar", bajó decibeles el mayor de la familia.
Así es el Dakar. El esfuerzo constante luego de una docena de días de andar por Argentina y Chile empezó a pasarles factura. Así es que cualquier momento sirve para descansar y por eso Juan Pablo no dudó en pegar los ojos un buen rato en la previa de arrancar el tramo de velocidad desde el Encón.
Falta cada vez menos para el domingo poner el punto final en el Obelisco. Encima, con la intención del Gobierno nacional de hacer triplete el año próximo trayendo una vez la carrera, la idea de repetir para los Sisterna podría pensarse que empieza a rondar. Aunque no… "¿Si volvemos el año que viene? (sonríe) En la vida de cualquiera tres días puede parecer muy poco. Dentro de acá es una vida, justamente. Dejame que termine el domingo y después". Sí, está claro, así es el Dakar.

