De tanto buscarlo, al final se le dio. Maximiliano Richeze defendiendo a Acinproba cruza la línea de meta delante de Nicolás Naranjo y Héctor Lucero. Plata y bronce para San Juan entre los varones elite.

En el pelotón profesional "paga" mucho vestir la camiseta de campeón nacional de su país. Ese objetivo tenía desde el año pasado Maximiliano Richeze. El hombre del Deceunink Quick-Steep el equipo más ganador entre los 18 UWT (UCI World Tour), se había quedado con sangre en el ojo en La Plata, cuando Rubén Ramos, con astucia, le birló la medalla de oro y ayer no perdonó. Con hombres de su equipo y la colaboración de otros de distintas federaciones, consiguió la primera parte de su trabajo: llevar la definición a un embalaje masivo. Con todos juntos en los 1000 metros finales todo quedaba a su merced. Solo un ciclista con tantos pergaminos y calidad como quien es considerado el mejor lanzador del mundo pudo quebrar la hegemonía que trató de imponer la selección sanjuanina apoyada en la jerarquía de los sprinter que tenía para pelear la definición.

Ganó Richeze vestido con la camiseta de su equipo y no de su Federación, prerrogativa que otorga la UCI solo a los integrantes de los equipos UWT y a su rueda arribaron exigiendolo los dos embaladores sanjuaninos que estaban mas fuertes para buscar la victoria, Nico Naranjo y Willy Lucero.

Con la medalla dorada del "Atómico", Acinproba (Asociación Ciclista del Norte de la Provincia de Buenos Aires) sumó dos (la otra fue la de Juan Pablo Dotti en la contrarreloj) y se quedó con el medallero.

San Juan fue la Federación que más medallas ganó, tres en total, pero al ser una de plata y dos de bronce quedó ubicada en el séptimo puesto del medallero superada solamente por las cinco asociaciones que se repartieron las seis medallas de oro y por la Federación de La Plata que logró dos medallas plateadas.

Es injusto circunscribir la descripción de la prueba al embalaje decisivo porque antes hubo una dura lucha para sacar el trámite de cauce. Los corredores de la Federación Sanjuanina tuvieron siempre protagonismo. La idea era atacar para abrir huecos que luego debieran ser cerrados por los rivales, para desgastar piernas, se aplicó desde el inicio. Así fue como Daniel Lucero viajó solo la primera vuelta. Víctor Arroyo tomó la posta entre segundo y tercer giro, acompañado por un par de ciclistas de otras federaciones.

Fue en la cuarta, de las nueve vueltas cuando se armó la fuga más importante. En ella estuvieron los sanjuaninos Sergio Aguirre y Cristian Romero, quienes junto al cordobés Joaquín García y el bonaerense Diego Charry mantuvieron durante casi todo el cuarto giro un centenar de metros de ventaja. Al iniciarse la quinta vuelta se sumó otro sanjuanino, Emiliano Contreras. Entre los tres, con el apoyo de sus compañeros de otras camisetas llegaron a sacar más de dos minutos, obligando a que desde atrás apretaran el ritmo para neutralizarlos. La máxima diferencia conseguida cuando se entraba al séptimo giro fue neutralizada antes de culminar el penúltimo viaje por el circuito de 22 kilómetros. 

Dotti sacudió tres o cuatro veces el avispero buscando romper al grupo. En cada ocasión lo marcó Nicolás Tivani. Ambos quisieron, no pudieron y quemaron energías para el embalaje final.

Al que se llegó como lo había predicho la cátedra. Los sanjuaninos hicieron su trabajo para copar el podio, pero chocaron con un Maxi Richeze excepcional que a la hora de la definición les tiró todo su oficio y calidad encima para festejar el título.

Maximiliano ganó y lo escoltaron Nico Naranjo y Willy Lucero. Fue una gran carrera.

Sacrificio de titanes

Sergio Aguirre y Cristian Romero junto al cordobés Joaquín García y el bonaerense Diego Charry iniciaron una fuga en cuarta vuelta. Al grupo escapado se agregó luego Emiliano Contreras y estiraron la distancia a 2m03s. La idea fue desgastar a los rivales en la persecución. Quedaron vacíos pero los hicieron trabajar bastante y, fundidos, abandonaron en el último giro.