Cuando el lateral de River Milton Casco se trenzó con su "colega" de posición en Boca Leonardo Jara prácticamente en la mitad de la cancha, terminaron a los empujones e inclusive se metió en la discusión el colombiano Wilmar Barrios, pareció que el partido se empiojaba. Que todo eso iba a complicar el arbitraje del chileno Tobar. Pero no pasó nada de eso. El partido siguió siendo leal hasta el mismo final.

Es cierto que nadie quitó piernas a las situaciones. Que muchos se jugaron a los pies para quedarse por la pelota. Y que se dieron infracciones peligrosas, pero nada de todo eso fue "de mala leche", como se dice.

Inclusive el árbitro Tobar cumplió un trabajo casi sin defectos. Lógicamente "ayudado" por la muy buena predisposición de los jugadores. Cierto que en River eran varios los que estaban en "capilla" por las amarillas que antes sumaban pero ni se notó. Apenas el colombiano Borré vio una tarjeta de ese color y se perderá el partido revancha. Pero en el balance general, eso es poco para hacerse problema.

En Boca lo mismo, los cuatro que estaban amonestados no lo fueron ayer y estarán en el Monumental. Xeneizes y Millonarios jugaron en forma leal. Un orgulllo.