A veces no sólo con calidad y supremacía técnica alcanza. Hay que sacar a relucir otros atributos y este grupo de chicas así lo hizo cerrando la jornada de viernes. Las Aguilas fueron esta vez una verdaderas guerreras y tirándole todo el arsenal táctico-técnico y además una mezcla de convicción, amor propio y garra, le ganaron a la difícil y -ultradefensiva- Alemania por 3 a 0, en una de las semifinales, y hoy jugarán la final por el título del Mundial Tourcoing 2014 ante las locales, dueñas del cetro ecuménico actualmente, desde las 17 horas de nuestro país.

Las chicas argentinas van por lo que se prometieron. Es cierto, la tarea de hoy será complicada por donde se la mire, pero a ellas nadie les quitará el sueño de verse otra vez campeonas. De recuperar ese título que ganaron hace cuatro años en Alcobendas (España) y que luego ni siquiera pudieron defender por problemas externos a sus aspiraciones.

Pero ese pasado incomprensible quedó atrás. Hoy es la gran cita. Igual, estas chicas ya han salido campeonas por todo lo que han dejado. Desde el primer partido ante España hasta este durísimo de ayer frente a Alemania. Hoy tendrán todo el público en contra y un rival que viene agrandado por las circunstancias.

Ayer empezó a tomar forma el sueño de título. Alemania, defensivo a ultranza, complicó al equipo argentino. Es que, pese a dominar de manera determinante, careció de la puntada final. Y eso lo limitó. Pero fue hasta que Dayana Silva pudiese meter uno de sus tiros externos y la siempre atenta e inteligente Luciana Agudo la tocara al gol. Así terminó el primer tiempo. Con una mínima ventaja. Justiciera, simplemente porque Alemania apenas había llegado una vez y no había sido clara.

En el complemento, el equipo germano intentó más y fue ahí donde encontró respuesta argentina. Otro tiro de Dayana que esta vez tocó Adriana Gutiérrez se convirtió en el segundo. Y más tarde, de nuevo Dayana Silva y un tiro que nadie tocó. Sólo fue a parar a las piolas.

Gran triunfo argentino ante un rival mezquino. Casi como que el mismo que se encontrará hoy enfrente en la final. Falta el último eslabón de una