No hay caso. El presente de San Martín es tan flaco como el rendimiento dentro de la cancha. Porque si bien tomó la iniciativa y tuvo el mejor inicio de un partido en este certamen, incluso con chances claras de gol, cuando se acomodó Vélez lo castigó con dos tantos (por errores defensivos) en 3’ y nunca tuvo las armas para descontarle. Incluso fue perdiendo lo bueno que hizo para quedarse sin respuestas (encima lo expulsaron a Alderete) y quedar expuesto a todo lo que hizo el local para quitarle por completo la pelota y ganarle por 3-0. Para otra dosis de realidad, seguir complicando el panorama con 12 juegos consecutivos ya sin ganar y cada vez más hundido en la zona de descenso.

Empezó bien plantado, rápido con la salida por las bandas, acorralando a Vélez y moviendo la pelota para tener profundidad. Y a los 11’ tuvo la apertura del marcador con el desborde de García para la asistencia hacia atrás para Luna, quien se sacó de encima la marca de Cubero y quedar frente Sosa, pero el arquero se quedó con el remate.

Aunque todo eso de nada sirvió porque cuando en el local ingreso Copete (por la lesión de Pratto), este le dio la movilidad que necesitaba y en dos apariciones del moreno sus compañeros anotaron. Primero Cubero, a los 21’, con un frentazo, e Insúa sobre los 24’ con un disparo entrando al área.

Un puñal que se hundió aun más cuando sobre los 31’ Abal expulsó injustamente a Alderete (era para amarilla), quien era el sostén del equipo y pieza vital para el desarrollo de lo expuesto por San Martín. Porque sólo el centro que García cabeceó afuera y el posterior frentazo esquinado de Luna, el resto fue de Vélez.

El mismo que en el complemento tomó la iniciativa y con pelotas a espaldas de los laterales dominó y empezó a justificar el resultado. Sobre los 7’ Vella estrelló su disparo en el travesaño y Landa sacó lo que pudo ser el tercero. Mientras que Sosa casi descuenta con su frentazo tras el tiro de esquina de Luna.

Pero Rescaldani a los 19’ cruzó el remate ingresando al área y gol, en otra desinteligencia, y fue sentencia. Perrone metió cambios, otra vez puesto por puesto sin arriegar nada y el gol que Riaño se comió a los 37’ fueron el reflejo de un equipo que se perdió, no tuvo respuesta futbolística ni frialdad en las pocas opciones que tuvo.