Cuando se trazan vínculos entre Emanuel Ginóbili y la selección de la Argentinase despiertan consideraciones que resultan extrañas. Algunas ausencias de Manu provocaron miradas celosas. Sin embargo, cuando se repasa la relación del bahiense con el conjunto nacional se acaban todas las dudas. Ni los 4 anillos de la NBA , ni los mimos de las leyendas más grandes del básquetbol y las de otros deportes, ni los premios individuales, ni los homenajes permanentes, pudieron mostrarlo como un personaje tan vulnerable como cuando vivió situaciones especiales en celeste y blanco.

 

No resulta simple el recuento, pero vale el intento ¿cuántas veces se lo vio llorar públicamente a Ginóbili? La primera referencia de un quiebre semejante aparece en 1997 cuando perdió ante Australia por 71-68 la semifinal del Mundial Sub 22, en Melbourne en el juego que anotó 20 puntos. La segunda fue tras la victoria por 82-77 sobre Brasil en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 . En la zona mixta del North Greenwich Arena no pudo contenerse cuando habló de los esfuerzos que todos hacía por estar con la selección. Y la tercera fue tras la victoria 111-107 también ante Brasil en Río 2016, cuando anunció que dejaba de jugar con la selección de la Argentina. No fue dentro del campo de juego, trató de contenerse, pero cuando un auxiliar se acercó para darle la pelota del partido no pudo aguantar la emoción. Salió de la cancha entre lágrimas y cuando se enfrentó a los micrófonos de la prensa tuvo que hacer un enorme esfuerzo para hablar.

 

 

 

 

También eludió las cámaras cuando sintió que su corazón estaba destruido por no poder estar vestido con la camiseta de la selección compitiendo. En la semifinal de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 cuando se enfrentó la Argentina contra el Dream Team se torció el tobillo derecho y no pudo continuar jugando. Argentina perdió y ese fue un golpe durísimo para el bahiense, no por el resultado sino porque sabía que no iba a poder estar en el siguiente juego. Estaba demasiado angustiado y delante de sus compañeros lloró como nunca antes. Estaba desconsolado: no iba a poder jugar por la medalla de bronce ante Lituania.

 

No existían términos medios en su relación con la selección y en pequeños detalles se advierte ese afecto tan especial. Manu cada vez que tuvo una oportunidad hizo saber que San Antonio Spurs era su familia, que allí lo mimaron y lo cuidaron sin límites. Que junto con Bahía Blanca era su lugar en el mundo. Ahora bien, las únicas dos veces que Ginóbili decidió pelearse con su familia deportiva fue por la selección de la Argentina. Y casualmente el primer cruce se dio por la lesión de Pekín 2008 en el duelo ante los Estados Unidos. Aquel día la franquicia no perdió tiempo y llamó al 20 de los Spurs para pedirle que se realice estudios y regrese a San Antonio. Manu se negó, quería jugar por la medalla de bronce. El San Antonio Express News, casi la voz oficial de los Spurs, publicó una nota en la que decía que los dirigentes no entendían por qué seguía con la Argentina: "Debería ser leal a su salario de 10 millones de dólares antes que a sus amigos argentinos", decía el texto que ponía en duda la renovación del contrato de Manu por este incidente. El día del partido contra Lituania se vendó el tobillo y realizó la entrada en calor con intenciones de jugar. Realizó un solo lanzamiento al aro, un triple y lo metió. Sin embargo, al saltar se dio cuenta que no podía jugar. Sergio Hernández recordó aquel partido: "Nos sorprendimos antes del partido cuando lo vimos vendándose como para jugar, nadie esperaba que lo hiciera con el tobillo en esas condiciones. Dijo que quería probar. Después volvió al vestuario, nos dijo que no podía y se puso a llorar como un chico. Imagínense al resto. Ver a un tipo que ya lo ganó todo así… Les dio mucha fuerza a sus compañeros, querían ganar por él. No sé qué más decir de Ginóbili".

 

Tras aquella experiencia tuvo que negociar con San Antonio sus próximos movimientos. Se perdió casi 40 partidos de la temporada 2008-09, por eso no jugó el Premundial de 2009 ni el Mundial de 2010, pero sí pudo estar en el Preolímpico 2011 y en los Juegos de Londres 2012.

 

Ahora bien, lejos de sentir que ése era el punto más tenso de la relación con la franquicia de Texas, en 2014, después de ganar el cuarto anillo con San Antonio, desafió nuevamente a los dueños de los Spurs. Había tomado la determinación de volver a jugar en la selección y quería participar del Mundial de España en 2014. Una lesión en el tobillo derecho (una pequeña fractura por estrés) llevó a los texanos a apegarse al reglamento y le prohibieron participar del torneo de la FIBA. Llevó la situación hasta el punto de buscar otro especialista en Chicago pasando por encima del departamento médico de su equipo. Si bien le habían diagnosticado que necesitaba 8 semanas de recuperación, él salió a decir públicamente que podía estar en condiciones en 4. La historia terminó con Manu afuera de España y jugando su último desafío en celeste y blanco en Río 2016.

 

"Con la selección todo es distinto. Ganamos muchas cosas, pero te ponés a pensar, también perdimos muchas, y los sentimientos más intensos que tenemos de la unidad del grupo son los que adquirimos después de una derrota". Firmado por Emanuel Ginóbili, el creador de la "Palomita" ante Serbia en Atenas 2004, ganador de la medalla de oro en el Campeonato FIBA Américas 2001 y 2011, subcampeón del mundo en el Mundial de Indianápolis 2002, medalla de bronce y de oro en el Diamond Ball 2004 y 2008, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, medalla de oro y de bronce en Pekín 2008.