Huracán, sin jugar en buen nivel, pero con la convicción de los equipos que saben lo que quieren, le ganó de visitante el clásico a San Lorenzo por 1 a 0, en partido jugado en la cancha de Boca Juniors, y alimenta el sueño de consagrarse campeón del torneo Clausura.

El primer tiempo tuvo los dos ingredientes de un clásico en el que se jugaban mucho más que tres puntos: mucha marca y poco fútbol.

El hecho de que Huracán pugne por quedarse con el título y la necesidad de San Lorenzo por revertir la pálida imagen que mostró a lo largo del torneo, hizo que se jugara más con el corazón que con la cabeza.

A los 38′, un tiro de esquina desde la izquierda de Defederico encontró a Goltz solo dentro del área (aprovechó que Germán Voboril se "durmió") que con un certero cabezazo al palo derecho de Navarro estableció el 1 a 0.

El tanto del zaguero central (el tercero en el torneo), que marcó un punto de inflexión en el partido, posibilitó un mejor juego de Huracán, pero a la vez hizo reaccionar a San Lorenzo.

De hecho el conjunto de Simeone tuvo la posibilidad del empate, a los 44m., en una jugada que inició Solari por la derecha, la continuó Silvera dentro del área y finalmente la desperdició Bergessio, que solo casi en el punto del penal, remató de manera defectuosa.

El segundo tiempo tuvo otro ritmo, no mejor juego, pero sí más emociones y fricciones.

San Lorenzo, más allá de sus limitaciones, fue mucho más audaz en ataque y dispuso de una clara ocasión de gol, a los 16m., en la cabeza de Jonathan Bottinelli tras un preciso tiro libre de Adrián González desde la derecha.

Huracán amenazó con Pastore y Defederico, pero ninguno de los dos supo completar con éxito alguna de las jugadas que iniciaron.

Los técnicos movieron los bancos para mejorar los rendimientos de sus equipos.

Cappa mandó a la cancha a César González por Toranzo (jugó con la cancha cambiada y le costó pararse en el campo de juego) y Alan Sánchez por Pastore y Simeone a Fabián Bordagaray por Juan Manuel Torres, a Jonathan Santana por Solari y a Bruno Fornaroli por Gómez.

A los 30m, San Lorenzo estuvo cerca del empate otra vez, pero el brillante movimiento y posterior remate de Silvera pegó en el palo izquierdo de Monzón. Ahí se sepultaron las ilusiones del conjunto de Boedo.

El cuarto de hora final mostró la garra de San Lorenzo y la displicencia de Huracán. Igualmente el resultado se mantuvo inalterable y la fiesta se desató en Parque de los Patricios.