Muchas familias a esta altura del año sueñan con viajar a Mar del Plata. Los Sisterna lo hicieron ayer. Aunque sus anhelos no son los de pasar unos días de descanso junto al mar, sino que van con la ambición de transitar un largo y agobiante camino que empiece a orillas del Atlántico y termine frente al Pacífico, con más de 8.000 kilómetros y 3 países en el medio.

Es el tercer Dakar para Lino, piloto y padre, y Juan Pablo, hijo mayor y navegante, siempre acompañados todo el trayecto por el resto de la familia: mamá Silvia, Silvina, Lino (hijo), Federico y Lisandro. Incluso, todos los hijos varones, salvo el más chico, van acompañados por sus novias.

Es el Dakar que encuentra a todos un poco más distendidos, fruto de las dos experiencias anteriores. Incluso, podrían haber partido recién hoy a ‘La Feliz’ donde comenzará la competencia el próximo 1 de enero, ya que recién pasado mañana, a las 16,45 tienen el turno para la verificación técnica al vehículo. Pero todos los preparativos tuvieron viento a favor y ayer ya estaban decididos a partir para descansar en la noche y llegar hoy a Mar del Plata menos exhaustos.

Por eso, a la siesta ya estaba el buggy, que llevará la inscripción 383, ‘embalado’ en el trailer que armó especialmente Lino para esta ocasión, ya que también funcionará como casilla rodante para la familia durante las jornadas de competencia.

TORRE DE BABEL

Los holandeses Roy Damhot y Paul Heiner, integrantes del equipo que alquiló el vehículo a los Sisterna, enrollaban las gigantescas calcomanías y cargaban pesadas piezas que podrían utilizarse de repuestos. Se comunican con un inglés muy básico con la familia (muchos ‘yes’ mientras se señalan los objetos o gesticulan las acciones que pretenden hacer), pero tienen el mismo entusiasmo. En el medio del ir y volver desde el taller al trailer o la camioneta, Federico entró un momento al buggy y en una riñonera guardó una herradura con una cinta roja. Sí, ese es el amuleto de la suerte de los Sisterna.

En el viaje, los Sisterna pudieron cumplir con otro acto que les da fuerza interior. Visitar con el vehículo el paraje ‘Cristo Peregrino’ que se encuentra antes de llegar a ‘El Encón’. Y tienen una expectativa muy fuerte en llegar a ese punto, porque lo hicieron en 2010 cuando corrieron (y terminaron) con la camioneta. Y a principio de este año, como al buggy lo tuvieron recién en Buenos Aires, no pudieron pasar por el paraje. Fue la carrera que no pudieron completar.

Al cerrar el portón del trailer, con todo listo, en el alerón del buggy se vio una inscripción en ingles, ocurrencia de Juan Pablo: ‘Here we go Lima’ (Aquí vamos Lima). El sueño de los Sisterna busca otra vez hacerse realidad.