Ganó y eso es lo que le importa. Fue un desahogo. Para los jugadores. Para su gente. Independiente le ganó a Fortaleza de Brasil por 1 a 0 en el marco de la Copa Sudamericana de fútbol pero más que todo significó una recuperación tras la dura derrota ante Racing en el clásico de Avellaneda por el torneo argentino.

Su gente recibió sin rencores al equipo. Y eso ya fue una buena señal. Aunque con el correr de los minutos algunos en las tribunas se fueron enojando porque el equipo de Pusineri iba para adelante pero en varios pasajes no hacía pie cuando tenía que defenderse. Por todo eso es que la visita tuvo, en los pies de Osvaldo, el gol en dos oportunidades pero al delantero brasileño le faltó efectividad en el momento preciso.

El primer tiempo se fue con el tablero en blanco, a pesar que ambos contaron con chances concretas para anotar. Y con un detalle especial: Ambos se quedaron con diez hombres por las expulsiones de Sánchez Miño, de Independiente, y Quintero, de Fortaleza.

La paridad e intensidad de la acciones siguieron en el complemento pero con una diferencia vital: El Rojo abrió la cuenta. Fue a los 6 minutos, cuando después de un ataque del local, Bustos mandó un centro atrás que fue perfectamente aprovechado por Leandro Fernández, que la mandó al fondo ante la alegría de toda su gente.

Desde ese momento la visita se vio obligado a adelantarse y eso representó un problema para la defensa local, que nunca se mostró segura. Las cambios en ambos equipos no alteraron demasiado el trámite y el Rojo logró cerrar su victoria.


Recibimiento sin rencores

Había mal clima, pintadas con amenazas en las afuera de estadio, seguridad reforzada al punto que el plantel llegó un poco antes de lo habitual al estadio Libertadores de América. Aunque esa preocupación no se trasladó en problemas para los jugadores de Independiente, quienes salieron a la cancha por primera vez tras la derrota 1 a 0 ante Racing, pese a jugar casi todo el segundo tiempo con dos jugadores más. Los hinchas del Rojo recibieron de buena manera al equipo cuando salió a la cancha para enfrentar a Fortaleza. Hubo cantos de apoyo y respaldo, sin insultos. Y los jugadores realizaron el tradicional saludo con los brazos en alto.

Fuente: Olé digital.