El próximo 21 de agosto cumplirá 19 años. Ese día empezará a dejar la categoría Junior para ser Sub-23 dentro de los Elite, en una disciplina tan exigente como competitiva, el Triatlón. Jeremías Pinazo, terminó hace dos semanas su primer ciclo como deportista de Selección. Participó del Triatlón de Edmonton, en Canadá, donde el resultado deportivo no fue el esperado, porque él quisiera haber logrado el pasaje para el Mundial, pero si le permitió saber dónde está parado dentro del ámbito nacional y también entrar pisando fuerte al concierto ecuménico, ese en el que pretende consolidarse con la mira puesta en primer medida en los Juegos Olímpicos de Río 2016. "Sería un sueño conseguirlo", comenta este pibe que es el menor de los tres hijos del matrimonio que conforman, Eduardo Pinazo y Beatriz González. El amor por el deporte lo heredó de su progenitor, que es el actual médico del plantel de UPCN Voley y que siempre practicó alguna disciplina, "incluso llegó a correr un triatlón" -cuenta su hijo- y la voluntad para superar obstáculos, "me los transmitió mi madre que es directora de un instituto de danzas", añade, quien es el regalón de una familia que completan sus hermanas Julieta (26) y Valentina (24).

Jeremías Eduardo, es un muchacho simple, que como todo pibe probó en varios deportes. Empezó jugando básquetbol en Ausonia ("fueron cinco años muy lindos, entre los 6 y los 11"), luego hizo dos temporadas de voleibol y dos de tenis en el Banco Hispano, hasta que un día fue al Dique acompañando a un amigo para alentar al triatleta mendocino Luciano Farías, actual integrante de la selección nacional categoría elite. "Ese día, me propuse probar", afirma quien tiene objetivo mediato llegar a una cita olímpica y que se ha planteado como meta mas cercana meterse entre los diez mejores del ranking elite.

Debutó en 2008, sin entrenarse y con una bicicleta prestada con la que se encontró dos días antes. Terminó en el puesto 90 entre 120 competidores. El resultado no lo amilanó, empujado por su abuelo materno, Carlos González, decidió unirse al grupo de trabajo de la Asociación Cordillerana de Triatlón, donde se puso a las ordenes del profesor de Educación Física y triatleta, Pedro León.

De allí en más su campaña fue ascendiendo a pasos cortos pero firmes. Ese año fue cuarto en el Nacional Junior (16 y 17 años) en La Paz, Entre Ríos. En 2009 fue subcampeón argentino de Duatlón en Buenos Aires.

En octubre del año pasado, luego de haber culminado tercero en el nacional de Duatlón en La Pampa, en una reunión familiar le comunicó a sus padres que quería probar un año en el más alto nivel para decidir que hacer con su vida. "Terminé el secundario en el Colegio San Nicolás de Bari y les dije que me interesaba saber donde estaba ubicado, si veía que no andaba, que me metía de lleno a estudiar", confió este muchacho que mide 1,73 metros, pesa 63 kilogramos y que tiene en el pedestrismo su punto más fuerte y en el ciclismo la disciplina a mejorar.

Por intermedio del profesor Carlos González, instructor de natación de Ausonia y amigo del entrenador cordobés Claudio Biagioli, consiguió ingresar al selecto grupo de deportistas monitoreados por el especialista mediterráneo.

El tercer puesto en el pasado argentino de triatlón, disputado en Entre Ríos, lo situó en la selección argentina juvenil. De allí en mas, vinieron las participaciones en el Sudamericano de Salinas, Ecuador, donde culminó 17mo., porque sufrió una rodada en el tramo de ciclismo cuando venía ubicado entre los diez primeros.

En junio, en Guatapé, Colombia, clasificó 11mo., y logró el pasaporte al Panamericano corrido hace dos semanas en Edmonton, donde termino en la posición 45. "Quisiera haber realizado un mejor tiempo, salí en el segundo grupo del agua, a 30 segundos de los líderes, en el ciclismo me mantuve en el pelotón, pero no anduve bien trotando", contó, quien se ha refugiado en la experiencia de Gonzalo Tellechea -"es un fenómeno me orienta y aconseja sobre la forma de cuidarme y encarar las carreras" -, acota.

Jeremías, que ya sabe que en octubre tendrá concentración en el Cenard con el equipo de la Selección Argentina, esta disfrutando a medias de un descanso -"me cuesta no entrenarme, me aburro" -, afirma este muchacho sencillo, de trato afable que eligió sacarle lonjas a su físico para crecer en una actividad que lo apasiona, el triatlón.