Ver a Laureano Rosas, primer triple ganador consecutivo de la Vuelta ciclista a San Juan, subir el Colorado, fue un espectáculo aparte. Propio de las comerciales películas estadounidenses, cuando el ‘muchacho’ emprende una misión heroica y completa de manera exitosa su tarea. En los últimos cuatro kilómetros del ascenso a los 2.762 metros del Alto del Colorado, por la manera en que alcanzó y superó a Juan Pablo Dotti, pareció que Superman se hubiera vestido de verde. Si el día anterior a lo que fue la tercera etapa, la que culminó en San Martín, había sometido embalando a varios de los mejores embaladores del país. Lo hecho el día de Reyes coronando el promontorio que marca el limite entre Ullum e Iglesia, fue contundente. Se sacó la espina de las dos Vueltas anteriores, las que ganó sin poder quedarse con la etapa reina, y les marcó la cancha a todos. Quedaba mucho aún, cuatro capítulos, siendo el siguiente el de la crono en la Avenida de Circunvalación. Había ganado las dos anteriores y era el más firme candidato a ganar el esfuerzo en solitario.

El jueves, dio otra muestra de su capacidad. Se impuso en la contrarreloj con tiempo récord para la distancia de 16 kilómetros, convirtiéndose en el primer hombre en bajar los 18 minutos (17m57s) y poniendo una lápida a las aspiraciones de sus rivales.

Quedaban tres días y la Vuelta ya estaba sentenciada. Rosas y sus compañeros del SEP se encargaron de que nada cambiara.