El primer partido de todo torneo suele ser el más complicado y por eso lo importante es ganarlo y luego buscar el cómo y el porqué. San Martín hizo ayer su tarea en el arranque de la B Nacional y venció como local a Douglas Haig por 2-0. Fue siempre de menor a mayor, buscó su lugar y lo encontró en el complemento, que fue donde mostró sus credenciales para ilusionarse y en el que también definió el encuentro. Fue un equipo que llegó sin muchos partidos previos, que se fue armando de a poco y mientras seguía sumando nombres, diagramaba lo que Forestello pretendía. Ayer, en el Hilario Sánchez y en el debut para este torneo de +transición+, le puso primera a sus intenciones de ascenso, evidenciando pasajes de buen fútbol, entendimiento, y picardía en los metros finales.

Empezó perdido, sin encontrar la pelota y sin ese conductor que todo equipo necesita. El peso de ser el estreno fue una mochila cargada para los 45′ iniciales. No obstante, de a poco se fue soltando, entendiendo el partido, puso la pelota al piso y buscó ser el protagonista real. Y pese a que tuvo algunas llegadas, recién fue en la segunda mitad donde el equipo empezó a tomar el protagonismo necesario para adueñarse del partido y ganarlo sin discusión.

Salir jugando siempre y evitar el pelotazo marcó al fondo de San Martín, que sin muchas proyecciones en sus laterales, fue dejando sin opciones al rival. Sumado a la seguridad de Ardente en el arco. En el medio la dupla Bustos -Gelabert fue impecable porque mientras el "Mencho" metía, mordía y recuperaba, el "Pampa" fue el emblema por su panorama para distribuir y ordenar al equipo. El juego por las bandas también fue un desencadenante porque ganó metros por esa vía y ya en los metros finales la movilidad de Figueroa y la experiencia de Bueno fueron inclinando la balanza para este +nuevo+ San Martín que se quedó con el primer partido de la temporada.

Los 45′ iniciales tuvieron a Douglas tomando el timón con dos remates de Emanuel Moreno, que siempre encontró bien armado a Ardente. Recién a los 11′ aparecieron las sociedades verdinegras, cuando Marcos Figueroa habilitó a Poggi, quien definió por arriba. Lo que vino luego fue una lucha en el medio sin un dueño absoluto del juego. Errores de ambos y el protagonismo que se fue perdiendo.

Sobre los 25′, el local volvió a insistir con el centro que Carlos Bueno peinó y se perdió por encima del travesaño. Y fue a los 33′ cuando otra vez el delantero paraguayo metió la frente sin poder convertir, y en la siguiente Perafán le ahogó el intento a Marcos Gelabert ante el disparo cruzado.

San Martín había terminado mejor, pero le faltaba convicción en sus llegadas. Y lo logró a partir de la rápida apertura del marcador. A los 3′ del complemento Vera definió con clase y por encima de Perafán tras capitalizar un centro pasado. Ese gol, el que puso el 1-0, fue el envión para lo que el equipo de Forestello buscaba.

A partir de ahí se le abrieron los espacios, las ideas fueron más claras, la entrega con mayor vocación y San Martín pasó a dominar el partido, controlando siempre la pelota. Eso le dio aire y claridad. Llegaron los cambios y de a poco dejó sin opción de juego al Fogonero. Y en ese ir para sentenciar la tarde, lo tuvo en el final, ya en el descuento (47′), cuando Mauro Milano, con una contra y definiendo fuerte y abajo dejó en claro que San Martín fue creciendo con los minutos para cuando entró en sintonía mostrar cuales son sus credenciales futuras que debe pulir todavía. Ganó, que es lo que vale en todo inicio. Lo difícil lo transformó en felicidad y superó así su primera prueba.