Era fiesta y no fue. A cancha llena, Sportivo Peñarol tuvo que terminar resignandose a ver el festejo ajeno pero durante y después de la final se dieron algunos incidentes que pudieron ensombrecer definitivamente la atrapante definición del Oficial de la Liga Sanjuanina. Con todo el aliento para el comienzo del partido, la bienvenida a Peñarol fue fantástica por lo que entregó su gente. Una vez en juego, la sorpresa del gol de 9 de Julio los enmudeció pero luego terminaron levantando con el cierre que el Bohemio le dio a ese primer tiempo donde Biasotti fue figura. Pero cuando empezaba el entretiempo, se largó la absurda violencia. Con los jugadores, llegó la agresión para el arquero visitante cuando se coló un hincha desde la Popular Norte. No pasó a mayores pero algo no estaba bien.

En el complemento, en todo el fragor del gran partido que jugaron los finalistas, la gente se contuvo. Se ilusionó y deliró con el 2-2 parcial pero luego se desató el absurdo cuando se terminaron los penales. Hubo invasión y ese incomprensible gesto de buscar el trofeo de la indumentaria de sus propios jugadores. Pero de ahí pasaron a algunos piedrazos aislados contra los jugadores de 9 de Julio y más tarde se vendría lo más amargo cuando se retiraban los planteles y la terna arbitral. El equipo de 9 de Julio salió en un móvil de la policía y cuando los jugadores se aprestaban a subir, llovieron insultos para Biasotti y cuando eso se producía, el fotógrafo de Tiempo de San Juan que tomaba las imágenes fue apretado por un hincha de Peñarol que lo insultó hasta que se subió a su móvil. Luego fue el turno para el árbitro Vera a quien le reclamaron mal su labor y por poco pasaron a la agresión personal en una tarde que debió ser de fiesta pero terminó en amargura en Peñarol, como se da en el fútbol siempre.