España, 23 de mayo.- El día del posible adiós de Carlo Ancelotti y de la probable despedida de Iker Casillas, cansado del debate sobre su figura, apareció Cristiano Ronaldo para endulzar con tres goles un partido sin interés contra el Getafe que ganaron los blancos 7-3.


Pocas veces el público del estadio Santiago Bernabéu vivió un día
tan extraño. El conjunto de Ancelotti, sin nada por lo que luchar,
ante un rival que no se jugaba nada, y con toda la temporada
finalizada para el resto de los equipos, el choque ante el Getafe
parecía más un castigo que un encuentro de fútbol.


Todo estaba decidido. Ni siquiera el gran Lionel Messi pudo hacer
la proeza de marcar cuatro goles al Deportivo para dar emoción a la
lucha por el trofeo al máximo goleador.