Tigre logró lo que parecía imposible un par de semanas atrás: con una actuación impecable derrotó 5-3 a Libertad en Asunción, avanzó al segundo lugar en su zona y clasificó a los octavos de final de la Copa Libertadores. El conjunto que orienta Néstor Gorosito fue a buscar el partido a Paraguay y se llevó un merecido éxito, gestado a partir de notables trabajos del volante sanjuanino, Rubén Botta, y Matías Pérez García, autores de dos tantos cada uno. El otro gol del conjunto de Victoria lo anotó Gastón Díaz, de tiro penal. Para Libertad, que jugó una hora con 10 jugadores por la tonta expulsión de Ismael Benegas, marcaron Miguel Samudio, José Núñez y Pablo Velázquez. Después de un inicio complicado, cada vez que Botta tomó la pelota, ya sea por izquierda o derecha, generó zozobra en la defensa local. La apertura llegó sobre los 10 minutos cuando Botta recibió cerca de la medialuna, giró hacia la izquierda, desairó a Ismael Benegas y sacó un zurdazo alto que se le metió arriba a Rodrigo Muñoz. Como frutilla del postre quedó el último gol de Botta, que nació en una muy buena acción de Pérez García, un premio para las dos grandes estrellas de la noche. Hay que recordar que el sanjuanino a partir de julio jugará en el Inter, de Italia.

Al cierre de la edición se definía el rival tanto de Tigre como de los otros tres argentinos que clasificaron a octavos de final de la Copa Libertadores: Boca, Vélez y Newell’s.