Vive en la calle Nacional entre La Laja y Tucumán, Albardón, y desde allí, todos los días viaja hasta el Dique de Ullum, donde trabaja como guardavida en la Dirección de Naútica de la provincia. "Suelo irme por el camino de las Tapias o, a veces, por la Ruta", cuenta este hombre que anteayer se quedó con la clásica Nikizanga- Difunta Correa. Julio Brizuela, sobrino del atleta albardonero Miguel Brizuela, empezó su idilio con el deporte cuando tenía 7 años y emulando a su familiar famoso empezó a practicar atletismo.

"Corría los 1.500 metros y en un par de ocasiones fui hasta el CENARD. Hasta los 15 años, me dediqué al atletismo, después, empecé a andar en bicicleta, pero nunca me entusiasmó la ruta. Igual, con mis amigos Jonatan Guerrero y Cristian Castillo, nos gustaba ir a correr en Las Lomas", explicó quien a los 25 años está pasando por el mejor momento de su carrera deportiva.

"Vengo de ser tercero en la categoría Elite, en el Argentino de Endurance, con la mala suerte que yo seguía la rueda del cordobés Gabriel Fachin y equivocamos el camino. Perdimos cuatro minutos y luego debimos remontar, podríamos haber quedado un poco más arriba en la general, pero con lo hecho estoy conforme", contó el hombre que está casado con María Estela Ruiz y que es padre de Marcos (7 años), Facundo (6) y Gabriel (3).

Aparte de ir y volver de su trabajo en la Mérida con la que compite, Julio le dedica un par de horas más al entrenamiento. "Mi preparador físico es Ricardo Escuela a quien conocí por un amigo común, Javier Sánchez. A Ricardo lo veo una vez por semana, conversamos y él me entrega un plan de trabajo que sigo al pie de la letra", confió.

Brizuela vive con gran alegría este presente. "El año pasado andaba bien, pero siempre la pegaba en el palo. Ahora ya llevo dos carreras ganadas (NR: La otra es la primera fecha de la Copa SRAM). Me adapto a cualquier circuito y con un poco de suerte creo que pelearé el título hasta el final", culminó.