Con la satisfacción de haberse quedado con la “Etapa de la Fe” de la Vuelta, Emanuel Agüero se mostró feliz por el logro y además por ser también devoto de San Expedito. El Bebé ya había avisado en las etapas anteriores, por eso ayer guardó piernas porque sabía que en el embalaje final tenía chances. “Estoy muy contento. Venía trabajando mucho para quedarme con alguna etapa y por suerte lo pude lograr”, contó y agregó más de su buen presente que “sentía que me faltaba siempre un poquito. La carrera fue dura en la Cuesta de las Vacas porque veníamos con viento en contra. Quedé en el segundo corte pero pudimos conectar. De ahí en más el equipo trabajó para que yo pudiera llegar lo mejor posible al sprint”, destacó quien agradeció a San Expedito. “Soy muy creyente tanto en San Expedito como en la Difunta Correa. Por eso ganar acá tiene gusto extra”, cerró.