Las tribunas del remodelado estadio Ester Roa Rebolledo estuvieron divididas por la rivalidad entre argentinos y chilenos, durante el partido de semifinal de anoche y en un “anticipo” de lo que será la gran final el sábado.
Los hinchas albicelestes desplegaron sus tradicionales banderas, aunque los fanáticos chilenos, que fueron mayoría, se hicieron notar con sus camisetas rojas y se levantaron en cada ataque de los paraguayos.
Hubo además en el coqueto estadio trapos con los colores rojinegros, identificatorios con Gerardo Martino y Lionel Messi, como la de Villa Gobernador Gálvez y la de Coronel Aguirre.
Los chilenos se hicieron sentir con su tradicional “Chi-Chi-Chi-Le-Le-Le” y provocaron de inmediato la silbatina de los argentinos.
“Es la bandera que me ha dado Dios”, se leyó en una bandera argentina justo enfrente de los bancos de suplentes.

