Por nombres, por rivalidad y por categoría, el choque entre el organizador Concepción y Unión de Villa Krause pintaba, por lejos, para convertirse en el plato jugoso de la jornada inaugural del Campeonato Sudamericano de Clubes de hockey sobre patines. Pero salió como un partido típico de apertura. Mezquino en el juego. Peleado por todos los sectores. Ciertamente violento por tantas infracciones (por mandato de la Confederación Sudamericana se utiliza la reglamentación vieja) y, en consecuencia, sin vencedores ni vencidos. Los Azules sanjuaninos (anoche Unión jugó con la camiseta blanca alternativa para evitar confusiones) dividieron honores, empatando 1-1. No fue un buen partido. Sólo emocionante por la incertidumbre en el marcador que se prolongó hasta el final. Pero alejado de lo que pueden dar éstos dos equipos.

Y si a ese empate se le suma la lógica victoria de Estudiantil sobre San Agustín de Chile y la igualdad aburrida entre Petroleros y el aguerrido Universidad de Chile, se encierra un combo previsible. Por eso el arranque fue sin sorpresas.

En el encontronazo entre Concepción y Unión, sólo apareció con algunos atractivos el primer tiempo. Primero, porque en ese lapso se dieron los goles (Díaz, para Unión, de contra; y Rodríguez, para Concepción, tras toques sucesivos). Y, segundo, porque en ese lapso ya se presentaron los refuerzos de cada equipo: El Colo Farrán y Pablo Garcés, en los de la Villa Mallea. Y Gustavo Abdala, en los de Villa Krause.

En el complemento, las imprecisiones fueron la constante. Y las infracciones también, amparadas en una reglamentación vieja y desteñida. Entonces, los arcos ya no volvieron a ser vencidos. Concepción y Unión jugaron mal. Pero hay algo seguro: Peor ya no podrán hacerlo, así que todo lo que venga les será positivo.